5.7.24

¡MARCHONS, MARCHONS! Francia y el futuro





Hace justo un año escribía varios artículos sobre la gran amenaza y el peligro que representaba una unión de PP y VOX para la sociedad y, sobre todo, para las mujeres porque, cuando los derechos retroceden en una sociedad, lo hacen aún más para las mujeres y el feminismo; ideología y postura vital esta última que me enseñó mi hermana sin grandes aspavientos y que pasado el tiempo le estoy muy agradecida, aunque hace más de 20 años decir que eras feminista te adjudicaban todo tipo de epítetos llenos de tópicos y prejuicios y que una llevaba y lleva con estoicismo y a veces con gran cabreo.

Pues bien hubo personas (me gusta enviar los artículos a personas de todo pelaje para ver sus reacciones) que me dijeron que no era para tanto lo que expresaba en la normalización y el giro hacia la extrema derecha y que sus consecuencias era una “fatera” y otros pensaron que era un “quesentir” (como se diría en aragonés).

Es una desgracia, desde luego, que todos los derechos que creíamos asentados en temas tan peliagudos como el medio ambiente, la igualdad social, el feminismo... retrocedan y se extrapolen a variadas latitudes donde los contenidos y los continentes se asemejan de manera mimética. Palabras feroces en gestos burdos. De esto sabe la familia Le Pen que lleva décadas desde Francia mamando de ideas reaccionarias porque ya se sabe que las cámaras de gas utilizadas en el régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial fueron “un detalle de la historia” como dijo el padre de la actual dirigente, Marie Le Pen, del partido heredado del desmemoriado. 

Al frente de la “Agrupación Nacional” el próximo domingo, 7 de julio, en la segunda votación puede conseguir la mayoría absoluta y Francia, para inquietud de los organismos europeos, puede convertirse en una fiera domesticada en lo superficial a lo Meloni.

Ya hay demasiados países donde la extrema derecha forma parte o dirige ella sola los designios de varios gobiernos (Países Bajos, Finlandia, Chequia, Croacia, Italia, ¿Francia?). Hace un año escribí sobre el peligro de la extrema derecha y su expansión y muchos se rieron de mí como si esto fuera un mal menor. Veremos hacia dónde van los franceses el 8 de julio y veremos si cantan con ahínco la Marsellesa y los demás veremos hacia dónde marcharán porque ya se sabe que cuando las barbas de tu vecino veas cortar....

¡Marchons, marchons!... De vils despotes deviendraient les maîtres de nos destinées (¡Marchemos, marchemos!... Unos déspotas viles serían los dueños de nuestros destinos).


OLGA NERI

4.7.24

Si sabemos mentir, vamos ganando la batalla


Estamos en una época en la que mentir sabiendo que estás haciendo daño con tus mentiras, sale gratis. Más si además construyes grandes mentiras y las adornas de grandes abogados que tienen tu carta blanca, para gastar en juicios lo que sea necesario e intentar que las mentiras parezcan verdades a costa de llevar al juzgado a los/sus enemigos.

Lo curioso de todo esto, es que son los jueces los que admiten las querellas con simples notas de prensa, sabiendo que lo que se abre son muchos meses de insidias que no se pueden controlar en una Justicia super lenta que no castiga al que hace un usos bastardo de la misma. 

Y es entonces cuando la sociedad deja de creer en la Justicia.

El ciudadano de la calle ya no cree en la Política, duda de su Justicia, y ya hace unos años que dejó de lado la Religión. ¿Qué nos queda?

Pues como somos animales aunque nos creamos racionales, queda lo que queda, que es un crecimiento de la violencia. Suave primero, verbal después, desafección, cabreos, subidas de tono, y violencia física al final del recorrido.

Confundimos más policía con más Justicia. Que esa es otra. 

La policía está para poner orden cuando se ha roto la normalidad. Pero nunca para construir orden. Eso lo tiene que hacer la sociedad, los políticos y los jueces. Pero ahora nos dedicamos a otras labores.