26.4.22

¿Qué le sucede a la izquierda en Europa?


Ha ganado Macron en Francia, sí, ha ganado la derecha en unas elecciones entre dos derechas. Y en donde la derecha más centrada deberá mirar de reojo a la derecha más extrema pues le pisa los talones, no ella misma, sino los millones de votantes que han votado a Le Pen aunque hayan sido mayoría los que han elegido a Macron para gobernar Francia.

¿Y la izquierda, existe la izquierda en Francia? Ya, sí, sé que existe, pero si no tiene poder suficiente, al final dejará de contrapesar. ¿Y eso es bueno?

La pregunta se podría hacer de otra manera.

¿Qué está haciendo la izquierda en Europa para que esté sucediendo todo esto en la última décadas? 

¿Pensamos que son simplemente modas, que pasarán de largo sin dejar huellas? ¿No debería cambiar la izquierda europea, la española entre ellas, para repensar incluso ideologías?

¿Para qué sirve una ideología de un partido político si no es capaz de ponerla a funcionar con sus gestiones?

Otra cosa es la ideología teórica, la intelectual, la filosófica incluso, que todas ellas no necesitan al poder para plantear reflexiones. Pero la izquierda política si necesita gestionar para demostrar que es capaz de cambiar lo que no se está repartiendo bien. 

25.4.22

La política es querer algo. Olof Palme en 1974


"Algunos dicen que las ideas han muerto. Otros dicen que la juventud se acerca una mesa que ya está servida, a una sociedad que ya se ha terminado de construir. Nuestra respuesta es que solo estamos en el comienzo."

Estas palabras fueron pronunciadas por Olof Palme en mayo de 1974 en el Congreso de la Federación de Juventudes Socialistas de Suecia. Hace de ello 48 años, y parece que son de hoy mismo. Podrían decirse hoy mismo. Han pasado por encima de ellas medio siglo, pero seguimos diciendo cosas parecidas.

Ese largo discurso comenzaba y terminada con la misma frase.: "La política es querer algo".

Hoy la política la hemos dado por amortizada, no nos sirve (decimos) y sin duda no la tenemos ningún respeto. La política está acabada, pensamos. Aunque llevemos miles de años gestionados por la política como única forma de gestionar sociedades.

La política es una herramienta, no es un modo. Y se puede utilizar bien o mal, como si fuera un martillo para romper ladrillos o para abrir nueces y comérnoslas. 

Las ideas no han muerto, aunque es posible que no se vean con facilidad, no las dejemos ver para que no las recojan y las siembren. Hemos convencido a nuestras juventudes que hay que salir con las armas a defender no sabemos bien qué. 

Pero las mejores armas son la inteligencia, el trabajo bien hecho, el humanismo, las ganas de ayudar. Menos criticar y más venido llorado de casa, para empujar a construir.