29.8.19

José Antonio Girón de Velasco apretando el puño mientras vota

El falangista y político español José Antonio Girón de Velasco fue uno de los 59 procuradores que en las Cortes Franquistas, ya muerto el Dictador, votaron en contra el 18 de noviembre de 1976 por la Reforma Política que derogaba los Principios Fundamentales del Movimiento. 

Hacía casi un año que había muerto Franco y todavía se aferraban a un sistema dictatorial que perpetuaran a los vencedores del Golpe de Estado de 1936 y todos sus desmanes. No querían una España democrática, y menos una España similar a la Europa de 1976.

A sus numerosos cargos franquistas sin duda se le reconoce por su defensa de la extrema derecha política desde sus numerosos puestos de responsabilidad falangista en los últimos años de la dictadura, por su influencia en el diario El Alcázar, y a la curiosa enorme fortuna que poseía por sus negocios inmobiliarios.

Fundador junto a otros políticos de las JONS (la parte más dura de la Falange) cuando era muy joven en el año 1931, siempre fue claro defensor de las dictaduras, de que no existieran partidos políticos, del fascismo adaptado a las realidades que ellos entendían para España, nacionalsindicalista y muy religioso, con claras soluciones violentos para todo lo que ellos entendían que no se dejase permitir.

En la imagen lo vemos en el momento de la votación de noviembre de 1976, muy crispado y con la mano izquierda cerrado el puño de forma violenta. Su influencia política llegó hasta los años 80, proponiendo siempre las mismas ideas que propugnaban la vuelta de la dictadura.


Nota.: No, el señor que está detrás de él, no está muerto.

La juventud debía empujar en los años 60… pero despacito

Una de las constantes de aquellos años últimos de la dictadura en España era intentar que la juventud estuviera controlada, que no recibiera estímulos de fuera. Que incluso que la democracia era en muchos casos una forma de vida con graves deficiencias, que España no estaba preparada para ello, que era casi "pecado".

Querían una democracia controlada, modificada, mesurada, y para ello sabían que las nuevas generaciones debíamos ser controlados, responsables con arreglo a las ideas del poder, mesurados, educados en una libertad a medias. Querían abrir la mano, pero tener todo atado y bien atado como dejó dicho el Dictador en su testamento.

Esta viñeta de Máximo de finales de los años 60, antes de 1970, muestra claramente la voz del Poder, libertad sí, preparación para ser mejores y más europeos también. Pero controlados.