31.1.19

Perlas Femi. ¿Para qué servían en realidad?

La vida da tantas vueltas en un siglo que nos podemos encontrar ahora anuncios viejos pero no tanto, donde se anunciaban a bombo y casi platillo las Perlas Femi, para suspender la regla. La “regla” debía ser un instrumento que servía para medir los tiempos y venía o se iba según las perlas que se tomaban. Digo yo, a lectura de este anuncio.

Las molestias según el anuncio eras de lamentables consecuencias, y con las “perlas” de forma rápida y sin peligro se suspendía o se reanudaba por cualquier motivo. Ya casi funcionaba Amazón pues se podían mandar por correos.

Pero lo curioso es la frase intermedia. ¿Eran píldoras abortivas? Sí, estamos hablando de los años 30 del siglo XX, y se anunciaba como unas pastillas que hacían reaparecer rápidamente “la regla suspendida”.

En realidad se habían puesto en el mercado como reconstituyentes. Pero la publicidad las elevó al rango de mas acepciones. 

Su composición era oxalato de hierro, 0,02 grs .; esencia de Petroselinum sabitum (apiol), 0,01 grs.; áloe del Cabo, 0,01 grs .; extracto de genciana lútea, 0,01 grs .; polvo de genciana lútea csper una perla. El frasco llevaba 40 pastillas y los permiso de comercialización eran del año 1933.

Venezuela peligra y su violencia puede ser contagiosa

Cuando un país, sea el que sea, se dedica a detener a periodistas por ser periodistas demuestra que su cobardía ante la verdad no tiene tamaño y sus miedos le hacen peligrar ante su futuro. El caso de Venezuela y del gobierno de Madura contra los cuatro periodistas de la agencia española EFE es un acto claro de venganza política hacia una sociedad y un gobierno que no acepta los juegos democráticos diseñados por un Nicolás Maduro que se está viendo atacado por numerosos frentes y salta como las fieras heridas.

Hace unos días opinaba aquí mismo que me parecía un Golpe de Estado lo que se estaba haciendo contra Maduro, y lo sigo pensando. En las mismas líneas opinaba que sus gestiones ante un país rico como Venezuela me parecía desastrosa. Incluso muy peligrosa para la sociedad venezolana y para los países de la región iberoamericana.

O alguien pone sentido común y sobre todo sentido democrático en este conflicto, o la tensión se puede volver en violencia desmesurada y lo que es peor, descontrolada y contagiosa. Y detener a periodistas no es el mejor camino para asentar las sensaciones y buscar soluciones.