30.5.18

Michael J. Sandel, Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales

En el año 2010 se le preguntaba en una entrevista en El País al recientemente elegido Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2018, Michael J. Sandel por España, y aunque no respondió directamente nos deja un texto muy interesante. Leer su respuesta nos puede aclarar algo de su pensamiento filosófico.
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P. Recientemente están emergiendo importantes casos de corrupción política en España. ¿Qué rasgos definen a un buen gobernante?

R. La respuesta corta es un argumento que se remonta a Platón y Aristóteles, y es que los mejores líderes son aquellos que tienen una devoción genuina hacia el bien común. Pero, en la práctica, en política hay poderosos intereses que compiten con el bien común. Y muy a menudo, la preocupación por los aspectos técnicos de las finanzas y de la economía produce líderes incapaces de articular visiones más amplias relativas a valores y justicia social, y con una visión ética amplia.


P. ¿Y un buen ciudadano?

R. Es el que lee periódicos, se informa de las cuestiones públicas, mira más allá de sus intereses individuales y pide a los políticos de que se ocupen del bien común.


P. ¿En qué cree?

R. ¿En términos políticos?


P. En general.

R. En un tipo de políticos y en general en una vida política abierta al debate sobre cuestiones morales básicas. En nuestras sociedades la democracia está empobrecida porque hay tal preocupación por cuestiones tecnocráticas que se presta muy poca atención a otras más amplias, relacionadas con justicia social o la dimensión moral de la vida pública. A veces es más fácil para los políticos no afrontar cuestiones éticas de fondo porque son controvertidas.


P. ¿Por ejemplo?

R. La distancia entre ricos y pobres, no solo en la sociedad sino globalmente. Cuáles son los límites morales de los mercados y qué esferas deberían estar a salvo de su influencia. O cuestiones relacionados con el pluralismo religioso o la bioética. Hay una tendencia a sacar estas cuestiones del debate público porque implica desacuerdos morales y religiosos. Deberíamos estar más abiertos al debate, a una vida pública vigorosa, más ruidosa. Eso enriquecería la vida democrática.

Nuestro futuro laboral y vital es nuestro. Trabajemos por mejorarlo

Como bien dice Ros en esta viñeta, muchas veces tenemos la sensación de que el futuro pasa muy cerca pero no quiere parar donde nosotros estamos. Tenemos todo lo necesario, la estancia, la formación, las ganas, las mochilas cargadas de buenos deseos, pero la diligencia de la vida pasa de largo y sin parar.

Una de las consignas más sencillas sería que hay que moverse. La suerte, el trabajo, las posibilidades se mueven, pero muchas veces nosotros no nos movemos, no estamos en la línea correcta por donde pasa la diligencia de la vida. 

No siempre es fácil adivinar los caminos del futuro, pero en cambio sí es sencillo adivinar por dónde NO va a pasar la diligencia que nosotros tenemos que coger. Quedarnos allí y quietos garantiza que no seremos capaces de cogerla.

Hoy es necesaria una formación amplia, pero también especializada.

Es muy útil “estar”; es decir, ocupar los espacios que en cada momento sean los más eficaces para que te vean esperar y con la maleta llena de formación y ganas.

Es importante tener movilidad geográfica pero sobre todo mental. Nunca ha sido bueno tener una sola velocidad, aunque fuera muy buena. Siempre se demandan personas ágiles con varias velocidades según los momentos que nos tocan vivir.

Hoy es imprescindible conocer bien el inglés y empezar a dominar algo de un tercer idioma. Pero también saber hablar en público, saber defender tus propias ideas, entender de la importancia de vender, saber hacer proyectos y crear cronogramas válidos, tener empatía.

No, no se piden super personas, se pide lo que se necesita. Y a cambio debes estar SIEMPRE atento a ver las salidas mejores para ti.

Para los empresarios ninguna persona es fundamental. Para los trabajadores ninguna empresa es fundamental. 

Estos tiempos son así para ambas partes. Hay desigualdad, sin duda sale perdiendo el trabajador como siempre, pero debemos saber capearla a costa muchas veces de seguir aprendiendo y no olvidarnos que el autoempleo de calidad normal (no el esclavista) es una posibilidad.