5.4.08

El IRPF, Individuo versus familia o cómo pagamos los impuestos

Como se suele decir, no existe nada perfecto, ni siquiera la perfección. Y cuando no existe nada perfecto tendemos a enfocarnos en lo que es mejor. Esto es, utilizar ciertas cualidades del gran abanico de posibilidades que nos puede dar un determinado objeto o servicio. Como las posibilidades son muchas, y la elección solo una, entra en juego el debate. Y hoy voy a hablar de impuestos.

Existe un debate, quizás no demasiado eufórico por su base (los impuestos), que nos atañe a todos, y proviene del impuesto de la renta. Poco puedo hacer yo salvo esbozar la problemática, y esta es, la elección de la unidad contribuyente.
Existen dos visiones fundamentales.
- Que el impuesto de la renta se debe pagar como individuo, en el cual la base del impuesto es el sujeto en cuestión, sin atender a otras cuestiones como la familia (que vienen después).
- Que el impuesto de la renta se debe pagar como unidad familiar, teniendo en cuenta en la base el matrimonio y los hijos.

Se dice que los impuestos atienden a tres rasgos fundamentales, equidad (los que tengan la misma capacidad económica deben pagar lo mismo), eficiencia (los impuestos no deben alterar el comportamiento económico normal), y sencillez (no tiene que haber grandes costes, económicos y sociales).

Atendiendo a la equidad.
La familia, como entidad, tiene unos gastos característicos, así como unas formas de vida distintas aunque similares, a los que puedan tener los individuos en solitario. Supongo que el hecho mas destacable son los hijos, que generan un gasto a nivel familiar.
Así pues, para determinar la capacidad económica que nos permita hacer comparaciones, debemos tomar en cuenta la familia en su conjunto.

Atendiendo a la equidad.
Aquí ya vienen los problemas.
Por el carácter progresivo de los impuestos, pagan una proporción mayor quien más tiene, y por tanto si sumamos toda la renta familiar, se le adjudicará (en principio), una proporción mayor, a si pagamos cada uno por separado.
Eso significa que el trabajo de una segunda persona en la entidad familiar ya viene condicionado por el trabajo que se tenia en principio por la primera. Y esto rivaliza con la igualdad a nivel individual.
Si nos centramos en el sistema individual, las parejas tenderán a repartir las rentas (no del trabajo claro, pero si del capital), para que los impuestos sean menores, y esto genera una perdida de eficiencia, (aunque quizás algo tonta, a mi entender).

Así que los dos, tienen problemas. Y de cada uno tenderá a decidir cual es mas importante, si la igualdad dentro de la familia, o la igualdad entre familias.

En cuanto a la sencillez, simplemente es menos costoso la renta a nivel familiar, ya que disminuye el nivel de contribuyentes.

El modelo general en el caso de el impuesto por unidad familiar destaca que:
- El impuesto de los solteros debe ser mayor que el de las familias.
- El impuesto de las familias con un solo trabajador debe ser mayor que el de dos trabajadores.
- El impuesto de las familias debe ser mayor o igual al impuesto conjunto de dos individuos que no vivan en familia.
Todo esto se puede hacer gracias a las deducciones y reducciones de nuestro sistema fiscal.
Como apuntes a todo esto, decir que España mantuvo hasta 1989 el sistema familiar, y a partir de entonces ha seguido el sistema individual, ya que se declaró inconstitucional que la confidencialidad de la renta se vea vulnerada en la declaración conjunta (y por tanto, debe ser opcional).

PD: Ya sea porque todos lo habréis vivido, o por que no suelen interesar los impuestos, debo explicar que aunque sé que desentona un poco con la tematica del blog, no está de más darle un ligero valor al impuesto mas importante, así como introducir los pequeños debates en torno a los amados tributos.
Saludos

Cómo hacer un ejercicio de relajación y respiración numérico

El otro día comentábamos sobre un ejercicio de respiración básico. Hoy vamos a intentar hacer un ejercicio que suma la relajación y la respiración, obteniendo unos resultados bastante profundos en poco tiempo.
Hay que estar tumbados en una lugar cómodos, a una temperatura algo cálida, con ropa ancha y que no esté ceñida, en una habitación sin ruidos y con poca luz.
Cerraremos los ojos.
Empezaremos simplemente por respirar profundamente e ir notando la respiración, notar como entra el aire en los pulmones, como lo retienes unos segundos hasta que te produzca molestia y como lo vas soltando muy poco a poco. Inspiraremos por la nariz y expiraremos por la boca ligeramente abierta.
Este ejercicio de respiración es el básico, el que vamos ahora a repetir constantemente en el ejercicio de relajación.
Una vez que ya te sientes bien en tu situación, tumbado, tranquilo, ligeramente relajado, vamos a escapar unos minutos de todos tus pensamientos.
Vas a realizar este mismo ejercicio de respiración, pero imaginándote que a la vez que inspiras aire vas creando (hinchando) en tu mente, dibujando en tu pensamiento, el número 1. Como si lo estuvieras escribiendo con el aire que inspiramos.
Una vez terminada la inspiración debe estar construido el número 1.
Aguanta unos segundos el aire.
Empieza ahora a expulsarlo, y a la vez imagina que se está desinflando el número 1, se está borrando de tu mente, como si de un globo se tratara o como si se estuviera vaciando el número de el líquido que le da forma.
Bien, repasa todo lo comentado, ya ves que es muy sencillo.
Continúa ahora con el número 2, haz el mismo ejercicio anterior pero imaginándote que construyes en tu mente el número 2, y que después se desinfla totalmente hasta desaparecer.
Repite el ejercicio con todos los números hasta el 9.
¿Te sientes mejor, mucho mejor, más relajado?. Perfecto.
Todo el conjunto del ejercicio lo puedes repetir tantas veces como quieras, pero funciona desde un solo conjunto de ejercicios del 1 al 9.
¿Qué hacemos con el cero?
Tú mismo, lo puedes añadir al final si lo deseas, pero empieza siempre por el 1, es el más sencillo de crear en la mente. Y eso si, créalos tal y como tú los escribes. Como habrás observado, mientras creas los números en tu mente, no puedes pensar en otra cosa que no sean notar la respiración y eso es precisamente lo que consigues, abandonarte para sentirte de modo natural.
Si no puedes hacer los ejercicios tumbado en un lugar cómodo, se consigue también parte de sus beneficios, simplemente sentad@ y cerrando los ojos mientras se completan los ejercicios.
Coméntanos cómo te va con este ejercicio. Comparte tus experiencias para que todos sepamos un poco más cómo relajarnos.