30.4.07

Mi Sabeco ya quitó el servicio de embutidos

Si, ya han despedido a la guapa cortadora de jamón finito. Yo ha salido ganado porque ahora gasto menos en tontadicas cuando compro embutidos y la señora que me atiende en mi tienda de barrio es más curtida pero me sonríe con más experiencia, con algo más de morbo en la mirada.
Hoy en el Super, mientras mi señora hacía fila en espera de las doradas para la cena, me he dedicado a jugar. La edad debe ser.
He encontrado paquetitos de chorizo de distintas marcas con peso en gramos de 80, 90, 100, 120, 125, 130, 150, 200, 225, 250, 300 y 400. Imposible pues de comparar precios.
Si, ya lo se. Es obligatorio poner el precio del kilo, pero lo ponen debajito en texto de cuerpo 6 mientras que el precio a pagar en caja es del cuerpo 72 cuando menos y en negrita.
Como soy un cabrón, me he dedicado a pesar en la báscula de verduras algunos de estos paquetes. Los pequeños en cuanto a peso, son exactos o pesan un poco más, lo cual está casi bien porque parece que no cuentan el envase, pero en un caso de a 36 euros el kilo, en los 90 gramos de lomo iba incluido el cartón grueso y bonito de color dorado y con detalles en las esquinas que pesaría un riñón (No doy marcas para no fastidiar más).
Pero en cambio he encontrado unos paquetes de jamón de 400 gramos, que podían pesar desde 450 gramos a 380 gramos. Curiosa forma de pesar la de los envasadores ¿no?
Así que si quieren comprar en envasado
pesar en donde los plátanos les solicito,
para no sentirse mal y engañado,
aunque les miren con cara de capullito.

Trastornos o molestias

El otro día aprendí de manera tonta la enorme diferencia entre trastornos y molestias, algo que parece claro pero que ni lo es ni le damos la importancia que tiene.
No voy a explayarme sobre el tema, búsquenlo, pero si tienen dudas psicológicas, si no están a gusto con su vida o con parte de ella, si piensan que algo no les funciona bien en su interior, primero asegúrese usted mismo si es una molestia o un trastorno. Y acudo al médico que corresponde, porque el error suyo en el autodiagnóstico puede ser tremendo. Eso si, le puede ayudar si tiene tiempo y sinceridad el médico de familia.
Les pongo un ejemplo. De acudir al psicólogo o al psiquiatra va un camino tan tremendo, como llevar el coche al chapista o al electricista porque no arranca el motor.
Un psiquiatra le dará pastillas y si está equivocado en su diagnóstico y usted no se cura le dará más pastillas.
Un psicólogo o un consejero filosófico o un buen amigo que sepa escucharle y entienda de la vida, la enseñará a cambiar hábitos erróneos y admitir que la vida está hecha para gastarla y para que se la monte usted a su medida.