22.2.25

La edad de jubilación: Hay que reflexionar


Parece que hace falta un debate consensuado entre las diferentes partes de este acuerdo que llamamos “sociedad”, y quiero hablar de la edad de la jubilación laboral, que no vital. Aunque admitamos que el problema real es soportar el pago a tantas personas que se jubilan. Y que siguen consumiendo y pagando impuestos.

En cambio, cuestiones tan importantes y que atañen directamente a nuestro modo de vida (organización y calidad de vida) curiosamente nos son impuestas desde el consenso a puerta cerrada, desde los que dicen tener la única verdad, mientras las diferentes voces divergentes callan, tras la puerta invisible del corazón que parece no darse cuenta de lo que es la calidad de vida.

Hecho: La esperanza de vida ha aumentado considerablemente en estos últimos 50 años, y lo seguirá haciendo. No siempre estos años van acompañados de calidad de vida.

Verdad a medias: Este hecho hace insostenible el actual modelo de pensiones, que hay que cambiar. Pero hay muchas maneras de afrontar estos cambios, y no siempre bien explicados de qué manera afectan a las economías públicas.

Mentira: La única posibilidad es aumentar la edad de jubilación. Es falso pues las propias empresas no quieren esa solución. Una persona a partir de los 60 años ya no puede producir lo mismo que un joven. Su experiencia ya no sirve, no está bien adaptado a los cambios. Su salud no es la misma, y por ello su productividad tampoco. Aunque haya excepción muchas veces dependiendo del tipo de trabajo.

Aunque es cierto que vivimos más años, es discutible el hecho de que en los cinco años inmediatamente posteriores a la actual edad de jubilación (los que quieren aumentar para pagar más y jubilarnos más tarde) nos encontremos igual de sanos y productivos. 

Lo que sí aumenta su productividad es el estrato de trabajador joven. 

Desde la OCDE podemos ver como la producción per cápita en estos últimos 40 años se ha multiplicado por 2,35. Pero hay que analizar desde qué edades laborales se logra ese aumento.

Mientras el ritmo del aumento de la producción per cápita no esté por debajo del aumento de la esperanza de vida, no existe peligro real. Se produce más, luego se puede soportar mejor un aumento de los años de jubilado, añadiendo a los impuestos no solo lo que pagan los trabajadores como futuros jubilados, sino también lo que se debería pagar por el aumento de la producción.

Claro está, existen diversos problemas:
Si aumentase al mismo ritmo la calidad de vida y el IPC, el pensionista no mejoraría si no existieran medidas correctoras. 

Se produce más pero hay más a los que repartir, de forma que al final te quedas igual. Pero aun así no es sensato pensar que la calidad productiva vaya a ir a la zaga, y sea un problema pagar a más personas. 

Por cuestiones biologías y de la Sanidad en los años en los que somos adultos, la esperanza de vida ha aumentado de forma brutal en estos últimos años de vida, pero no podemos creer que la tendencia siga en aumento indefinidamente. Sobre todo teniendo en cuenta las enfermedades asociadas a nuestra forma de vida.

Así que tenemos que pensar en varias cosas. 

Primero, el canal por el que una parte de la producción se traslada a los estratos más adultos. Un impuesto que fuera capaz de gravar las rentas de capital o de la producción asociada al beneficio, además de las cotizaciones del trabajo, mejoraría la fluidez del dinero, amen de ser más realista en cuanto a la proporción trabajadora y la jubilada, en cuanto a la generación de renta. 

Una mayor cobertura social, pública. Es decir, más residencias, centros de día, etc. que revertiera los pagos en jubilación a un trabajo público rentable como actividad.

El consumo de las personas mayores no es el mismo que el de los trabajadores, y si bien la dependencia de los más mayores puede ser un coste añadido, también existen beneficios sociales asociados en la perdida de la independencia. Un jubilado mantiene con sus consumos actividades que no mantienen otros segmentos de la sociedad.

Por supuesto, una ampliación de la edad de jubilación sería permisible, pero de forma sostenible y socialmente adecuada. 

No podemos forzar a según que personas, en según que puestos de trabajo, sobre todo si hay alternativas (muchas más de las propuestas aquí, que son un simple esbozo personal) mejores y más sociales.

MPA

Ya 44 años del Golpe de Estado del 23F de 1981 en España


Van a llegar los 44 años del Golpe de Estado del 23F de 1981 en España, y se sigue sin saber lo fundamental. No se quieren publicar todos los datos que siguen permaneciendo secretos, para no herir vete a saber a quien.

Los secretos, cuando dejan de ser secretos, es cuando ya no valen para nada. Y parece ser que todavía no estamos en ese momento.

Se ha escrito mucho, se sabe algo más de lo que se ha escrito y por miedo o respeto no se dice. Generalmente por falta de pruebas, que es lo que se busca con el destape de los Secretos de Estado de aquellas fechas. De las semanas anteriores y de los días posteriores también.

Tendrían que dar datos de lo que sucedió en algunas ciudades además de en Valencia. Hubo sus dudas en algunos cuarteles de Madrid y de Zaragoza, en Sevilla también, y todo eso, movido por no se quiere decir quien, nos llevó al final a un resultado casi positivo, pues fracasó.

Fracasó el Golpe de Estado de Tejero, pero detrás había varios más, y sin duda todo aquello movió la historia de varios años en la España de la Transición que configuró el momento actual por decantación.

Aquella tarde hubo mucho miedo en muchos sitios. En Zaragoza se llegaron a quemar y a esconder archivos de militancias y papeles comprometedores, que nos producirían sonroso pensar hasta qué punto se temía una asonada militar.

Muchos militares no sabían nada, muchos de ellos y hablo de Zaragoza, fueron militarizados aquella noche y salieron de sus casas con miedo, y no hablo de soldados. Pero muchos otros se lo sabían todo con días de anticipación, incluidas algunas embajadas en Madrid.

España y los españoles se merecerían conocer su pasado, para no volverlo a escribir. Sobre todo saber algo de esa parte de Trama Civil, que la hubo, pues organizar un Golpe de Estado supone un coste (aunque parezca que no) y que alguien tuvo que sufragar.