13.2.25

Los EEUU odian a la Unión Europea


No hay duda de que Europa está siendo ninguneada por los EEUU. Y digo los EEUU y no Donald Trump simplemente porque son muchos norteamericanos los que rodean al Nuevo Líder del Mundo a la hora de tomar estas decisiones.

La última decisión ha sido hablar con Putin y Zelenski al margen del resto de líderes europeos, para buscar una solución para Ucrania dejando el tema como estaba cuando empezó la guerra. Todo menos las fronteras. Nada de OTAN ni de acercarse a Europa.

Y es cierto que en aquel momento de 2022, hace ahora tres años ya, los líderes europeos no estuvieron a la altura del problema. No fueron capaces de imaginarse el futuro, la situación y sus posibles consecuencias para todos.

Donald Trump no quiere saber nada de Europa, y Europa debe tomar buena nota de ello. Por cierto, en Europa estamos nosotros. Y vamos a tener que cambiar de forma notable. Y admitir que podría estar en juego la Unión Europea.

Hay que señalar que lo único que le preocupa a Donald Trump de Europa es su capacidad de estar unida. El resto de asuntos le dan igual. Él y los EEUU quiere a una Europa que no sea un contrapeso en nada. No quiere a una Europa capaz de ser igual a los EEUU, nos quiere de obreros de guerra, de carga, de presión.

El mundo ha cambiado en este último mes, y no querer verlo es simplemente taparnos los ojos. La potencia mundial de los EEUU, a nivel comercial o de influencia en el mundo por sus capacidades militares, no deja dudas. La de Europa tampoco ofrece dudas. Somos mucho menos, simplemente por no estar Unidos.

Y que en un momento dado los EEUU decida salirse de todos los organismos mundiales es un ejemplo de hasta dónde quiere llegar. Ni Salud, ni Cambio Climático ni Tribunales penales mundiales. Ellos quieren ir por libre. ¿Puede ir el mundo sin los EEUU? Pues tendrá que ir, o admitir que no es capaz.

Donald Trump quiere convertir a los EEUU en un Imperio. Quiere pasar a la historia a base de cambiar el mundo y todos sus engranajes, pero a su favor. Y eso hay que admitirlo con el convencimiento de que algo debería hacer reflexionar a Europa, que es siempre el eje sobre el que se conforman los problemas y las soluciones a nivel histórico.


12.2.25

¿Quien es woke y por qué somos woke?

Hace ya muchos años, o al menos me lo parece a mi, me llamaban comunista y nunca he sido comunista. Ahora creo que a los tipos como yo nos catalogan de "Woke" que sin sabe bien el motivo, en eso ya estoy más de acuerdo. Sí, soy woke, pero no me apetece que me llamen despectivamente woke, aunque me la sopla.

Woke viene de una palabra antigua que se puede traducir por "despertar" (to woke), por estar atento, sobre todo por los abusos del Poder. ¡Uf! poder, jodo. Por lo que en España decimos"metérnosla cruzada" en temas sociales.

Dicen que Lead Belly, un músico de blues, usó la frase "stay woke" en una canción en el año 1938, en relación con los linchamientos en el sur de Estados Unidos contra gente de color. Había que estar despiertos. Y así sí, no está nada mal que me llamen woke.

Con los años se empezó a utilizar —desde los años 60 del siglo XX— para describir a aquellos ciudadanos y ciudadanas que eran conscientes de la injusticia racial y social, y se comprometían con la lucha por la igualdad. Ya no era un simple modo de ser, sino también de estar, de querer estar.

Me quedo con estos significados de inicio histórico de la palabra woke, son los correctos por mucho que los fachas quieran trasformarlos. Otro día hablaré de donde viene la palabra facha. De entrada nos quedamos con el wokismo y sus insultos, de los que estoy muy agradecido.

El uso despectivo del término "woke" comenzó a darse a partir de la década de 2010 y se intensificó especialmente en la década de 2020. Fuerzas políticas de derecha, conservadoras y de extrema derecha en Estados Unidos y otros países, empezaron a apropiarse del término "woke" y a utilizarlo de manera peyorativa. Era una manera de insultar a los que intentábamos defender el activismo social.



Si perteneces a una Asociación de vecinos eras woke, lo cual no está nada mal. Estás activo, despierto, vivo, con ganicas de intentar defender a los que no siempre pueden defenderse como el resto. Si ya perteneces a un partido político era woke de la hostia, eres ya un enfermo del wokismo.

El uso despectivo de "woke" es en gran medida una reacción contra el auge del activismo social en torno a temas como la justicia racial, la igualdad de género, los derechos LGBTQ+, el cambio climático y otras causas progresistas. Desacreditar las ideas progresistas y al etiquetar algo como "woke" de manera despectiva, busca ridiculizar las ideas y posturas progresistas, presentándolas como exageradas, ridículas, o incluso peligrosas para la sociedad. Ser woke es como ser un llorón, según estos tipos que utilizan palabras inglesas para todo.

Lo malo es que quieren que o bien se sea woke o que se esté en contra de los woke, y eso si que es peligroso. Primero te califican, y luego intentan que los que no sean woke odien a los que de entrada parecen woke. 

Es como si nos quisieran llamar woke para decirnos que somos unas personas de aplauso fácil al líder de izquierdas, o que somos unas personas de paja o con el brazo de madera. Y a la vez dividirnos para tenernos bien etiquetados por si hiciera falta llamarnos a filas, sin tenernos que poner pegatinas encima de la ropa. 

Los woke somos víctimas del "buenismo", de lo que nos dicen —según ellos, los que insultan— los jetas ladrones de la política; y por eso además de woke somos imbéciles pues aunque no seamos gente mala nos dejamos engañar por los malos. 

Somos woke por querer estudiar mucho, por intentar modificar las condiciones del trabajo, por no aceptar que nos engañen en los supermercados, por creer en el cambio climático, o por obedecer a los que mandan si son de izquierdas. Si mandan los de derechas y nos quejamos ya no somos woke, somos revolucionarios.

En realidad solo se es woke de verdad, de pata negra, si vives en un país gobernado por la izquierda. En los que gobierna la derecha ya no eres woke puro, pues no tienen a quien obedecer, sino si acaso, de estar quejándote siempre de todo.