3.2.25

¿Por qué los trabajadores no votan a la izquierda?


Escribía el otro día sobre la vulnerabilidad económica de los barrios de Zaragoza por un excelente trabajo hecho entre Ebrópolis y la Universidad de Zaragoza. Y nos quedábamos solo en eso, en la fotografía, en constatar la enorme diferencia económica entre barrios.

Curiosamente y a nivel estatal, eso no se traduce en votos, en querer elegir unas opciones políticas u otras cuando se vota. Es como si las clases sociales vivieran al margen de las opciones políticas.

Mientras que a nivel estatal de grandes ciudades al menos, en los barrios más ricos se votan a la derecha en proporciones de un 80%, en los barrios obreros se vota a la izquierda sobre un 60%. Gana la izquierda, pero no barre.

Hay varios motivos, detectados todos ellos, pero que no se saben trabajar desde la izquierda para modificarlos. Se ha perdido la identidad de Clase, incluso la identidad Cultural, y a su vez, cuando esa sociedad más vulnerable se radicaliza, lo hace moviéndose hacia la extrema derecha en vez de hacia la extrema izquierda.

También existe un componente absurdo por su incapacidad para poder ser resuelto, que es la clásica y muchas veces nombrada división de la izquierda, y el componente de abstención que afecta más a un bloque ideológico económico que a otro.

Pero sobre esta Mantra repetida de la división e la izquierda, se nos olvida decir que en estos momentos en España, la derecha también está claramente dividida en sus opciones electorales.

El Barómetro 40DB de este enero 2025 nos muestra a seis formaciones políticas con opciones a nivel estatal, y son tres de derechas y tres de izquierdas.

Mientras el PP junto a VOX o SALF logran un 49,3% de voto, la izquierda  con la suma de PSOE, Sumar y Podemos consigue un 37,7% de voto estatal, quedando el resto para nacionalistas o minorías.

Son números que se mantienen, aunque se muevan. Baja el PP, baja el PSOE, sube VOX, baja SALF, sube Sumar y baja Podemos. Pero no hay un cambio de bloque que sea interesante.

La batalla Cultural la tiene perdida la izquierda. No hablo aquí de Cultura Clásica, sino de esos Marcos Mentales que hace que una persona piense de una forma o de otra. Si sienta cercano a unas opiniones o a otras. O a ninguna.

La extrema derecha ha ganado desde hace unos años el mensaje, el discurso del cabreo, muchas veces simplemente desde el silencio. Es como si se hubieran agarrado a los problemas de la sociedad y simplemente dejaran que todos los demás se fueran equivocando con sus propios discursos, o bien vacíos o que no son iguales a los que piensa esa sociedad vulnerable. 

En la caso de la izquierda, a veces desviando esos discursos culturales hacia posiciones que no son las que percibe "SU" sociedad como los necesarios de resolver. 

Hablo de la Vivienda, de la Formación de Calidad, de la Dignidad en el Trabajo, de la Inmigración muy mal explicada, de Europa, incluso de la explicación de lo que es España en realidad y no de lo que nos quieren contar.

2.2.25

Diez consejos para hablar y conversar mejor en público

Nadie nace sabiendo conversar con los demás de una forma maravillosa. Para hablar en grupo de cualquier tema, con varias personas a la vez, se necesitan conocer algunas técnicas simples que se aprenden imitando y aprendiendo mientras se practica. Veamos algunos detalles de este aprendizaje.

Si te quedas en blanco mientras hablas, no te preocupes. Dilo abiertamente que esto nos sucede a todos y demuestra normalidad.

Si te tienes que enfrentar a una conversación importante o complicada, prepárate antes algunas respuestas a las preguntas que pueden caer. Como si fuera un examen. Van a querer saber quién eres, qué quieres, qué haces. Así que ten preparadas unas respuestas tipo a estas preguntas, sobre todo sin son complejas, pues está muy bien la naturalidad.

Si te preguntan algo que requiere un par de segundos de análisis, repita la pregunta que te hacen como quien la remarca. Te dará tiempo para empezar la respuesta. —¿Dices que si practico la cocina? Ya lo creo, soy un buen asador de carnes.

No te preocupes en exceso por las conversaciones, nadie hace el ridículo, excepto que ya venga ridículo de antes. Dominar el arte de conversar supone equivocarse y aprender de ello. Nadie es perfecto.

Siempre hay temas muy recurrentes. Ten en el bolsillo unos cuantos para cuando llegue el silencio. Pero que no sean ni de política, religión o fútbol, si no conoces muy bien a los interlocutores. Los objetos que nos rodean son un buen filón. Hablar de la seguridad en la calle o los altos impuestos o los alimentos o de un restaurante o del estrés, son algunos ejemplos.

Intenta y sin parecer sabio, dar información que añade interés al tema que se está hablando. Si ves que los demás se ponen nerviosos o dejan de prestarte atención, cambia de tema…, les estás aburriendo o te has pasado de listo.

Si te pones nervioso ante un tema, por un silencio o una mala actuación, tranquilo, respira profundamente, ponte en modo “stand by”, calla durante unos momentos y escucha activamente a los demás.

No emplees palabras muy técnicas, muy rebuscadas, complejas o que te coloquen en situación de ser un prepotente. No intentes ser pedante, pues antes de lograrlo, ya te habrán visto las intenciones.

Pregunta. Demuestra que te interesa el interlocutor y que lo valoras. Escucha y pregunta. —¿Donde vives? ¿Desde cuando trabajas en esto? ¿Has vivido en otras ciudades? ¿Conoces algún xxxxx? ¿Entiendes lo que está sucediendo en Egipto? ¿Es normal que el Real Zaragoza juegue tan mal?

Nunca hables por encima de la otra persona ni a la vez que ella. Calma, escucha y habla en los silencios. Y habla por igual a chicas y a chicos. No cometas la tontada antigua de diferenciar interlocutores por sexos.