1.7.24

Ganar credibilidad cuidando lo que comunicamos

Si trabajamos para y con los demás necesitamos credibilidad ante ellos. Y eso ni es sencillo de lograr pero mucho más complicado de mantener. 

La deseamos, pero sobre todo la necesitamos aunque asumamos que es complejo lograr una credibilidad suficiente en estos tiempos en que hay muchas deudas con todo y que a veces creemos que tenerla no depende solo de nosotros.

Vamos a dividir el camino de la credibilidad en tres vertientes:

Nuestra capacidad para ser creíble y capaces

Nuestros valores personales y forma de comportarnos

Nuestra capacidad para comunicar de forma entendible

La suma de estos tres factores lograrán unos resultados creíbles en nuestra relación con los que nos rodean, sea esto en la actividad laboral, deportiva o en el equipo de trabajo.

 Hay que tener formación suficiente y demostrarlo para que se nos respete por ello. 

 Hay que saber tomar decisiones y asumir que nos podemos equivocar, tras lo que debemos saber izar nuestras decisiones sobre el problema y resolver la situación. 

 Hay que tener experiencia que sirva para generar confianza y ser honestos en nuestras decisiones. 

 Hay que ser optimista y trasladar sensación de capacidad para resolver los reveses. 

 Hay que hablar con claridad y de forma que lo entiendan bien los que nos escuchen. 

 Hay que saber organizar bien nuestro discurso y hacerlo educado y comprensible, teniendo en cuenta las diversas personas a las que va dirigido.


¿Cuál es el futuro de la Unión Europea?


Perder la Unión Europea por decisión libre de los europeos es un drama. Un error del que no tendremos vuelta atrás y no sabremos valorar hasta que ya sea imposible resolverlo. Y estamos a punto de realizar ese camino de vuelta, sin darnos cuenta de ello ni de sus consecuencias.

El triunfo de la extrema derecha en algunos países, el crecimiento importante en otros, es un problema muy serio en donde hay excesivos responsables torpes y una sociedad que se está dejando manipular sin darse cuenta. 

Tras los resultados de la Primera Vuelta en Francia con un partido extremista capaz de lograr casi el doble de votos que hace dos años, y con una participación electoral bastante más elevada, cabría preguntarnos: ¿Qué queremos en Europa?

Pero la respuesta la tenemos en las urnas. Queremos eso, posiblemente porque una gran mayoría de personas que han decidido cambiar el sentido de su voto quieren eso. Y hablamos de millones de europeos, no solo franceses, aunque este sea el caso más cercano e icónico junto a Italia.

Europa sin la Unión Europea es mucho menos de lo que nos imaginamos, sobre todo en este mundo tan globalizado. Caminamos hacia un futuro llenos de enemigos globales que quieren cambiar las reglas, o al menos, apartar a Europa de esas reglas que han funciona bien, aunque gran parte de la sociedad se haya creído que funcionaban muy mal.

Queda en Francia una Segunda Vuelta, que debería ser la construcción de una decisión histórica de todos los partidos que no son extrema derecha, pero que estamos seguros desde fuera, que no se dará. 

No sirve tampoco mezclar ingredientes tan dispares para frenar el ascenso de una ideología, aunque nos parezca válido. Eso es pan para hoy, y hambre de soluciones para mañana.

Crece el extremismo nacionalista porque la sociedad, las personas, quieren con su voto y su decisión. 

Y por que fuerzas bastante escondidas trabajan para que sea así en un mundo fácilmente manipulable. Las enfermedades es mejor tratarlas cuando empiezan. 

Y en este 2024 nos va a quedar claro que el mundo occidental está en crisis, y lo vamos a reemplazar por otro mundo que no va a ser precisamente mejor, con las sociedad que más ayuda necesitan, vivan entre nosotros o vivan alejadas de nosotros.