11.6.24

¿Es posible y deseable en España un nuevo Frente Popular?


En Francia ya se habla de crear un nuevo Frente Popular para enfrentarse a las próximas legislativas de junio 2024. Esto en España es imposible mientras el PSOE está muy entero. Y a su vez, mientras algunos pequeños partidos de izquierda piensen más en sus puestos de trabajo personal que en la utilidad social de gobernar.

No siempre acudir a las urnas unidos funciona bien. Depende de varios factores, incluso matemáticos en el reparto. Pero es verdad que nuestra excesiva división provincial con circunscripciones en donde se reparten pocos Diputados, ayuda a repensar todo.

Es de torpes que por ejemplo en el Senado no se haya planteado nunca hacer un Frente Popular de izquierdas en España. Al menos como experimento de trabajo.

Tampoco podemos olvidar que un Frente Popular de izquierdas alienta a que se forme un Frente Popular de derechas. Es decir, es un asunto complejo que debería analizarse con generosidad por parte de muchos, pero a su vez un estudio sociológico amplio y profundo.

¿A quien beneficiaría más? Pues eso depende de las negociaciones.

¿Lo entenderían bien, los posibles votantes de izquierdas? Ese es el gran dato que se debe analizar con calma, y sobre el que debe pilotar todo, sobre todo la comunicación posterior de los objetivos. De entrada ya sabemos que sumar candidaturas no siempre es sumar votos. 

Por eso y sabiendo esto, hay que plantearlo como un objetivo, con generosidad global, con el análisis claro de la explicación que motiva esta decisión que debe ser coyuntural y muy temporal.

¿Para qué serviria? Este punto es también esencial. Si su único objetivo es sumar puestos, sillones, poder… pues no tiene sentido. 

Si es para evitar que vengan políticas claramente retrógradas… hay que explicarlo muy bien y ejemplos tenemos ya en Europa (por ejemplo en Polonia) o en América (por ejemplo Argentina) en donde las primeras decisiones tomadas a conciencia desde partidos de extrema derecha, es anular derechos logrados desde posiciones de izquierda.

10.6.24

¿Qué es dimitir sin dimitir de/del todo?


Honra la decisión de quien al final entiende que debe dimitir, pues siempre es un verbo complicado de tomar. Y lo digo sabiendo lo que digo. Dimitir nunca es sencillo por varios motivos, aunque el cuerpo te lo pida casi como única salida.

Pero dimitir además de no ser sencillo como decisión es un acto complejo como estrategia, pues los vacíos son algo más que un hueco. No es tan solo la opción de buscar nuevos recambios y sustitutos en varios niveles, sino también la de respetar a quien llega.

Y en ese respeto entra sobre todo el de dar la opción lógica de entregarle todo abierto y vacío, para que tome las decisiones que correspondan a todos los niveles. 

Por eso dimitir tiene que suponer dejar todos los espacios, y si no se dimite del todo, simplemente no es una dimisión, sino un cabreo.

En la política española, que por cierto no está sobrada de buenas mentes lúcidas, dimitir es un acto que poco a poco se va produciendo con más asiduidad, y no siempre es positivo. 

Los huecos no siempre son fáciles de cubrir, y no siempre lo que llega es mejor que lo que se va, lo que debilita la organización. Pero muchas veces no hay otra solución mejor. 

SUMAR se enfrenta a nuevos tiempos que la pueden llevar al cementerio, pues no será sencillo encontrar recambios capaces de insuflar nuevas energías a un proyecto que tiene poco tiempo de vida y ya está quemada ante la sociedad. 

Desde la izquierda, en la izquierda, somos unos incapaces de entender qué es lo magro y qué las espinas y los dolores.