29.4.24

Pedro Sánchez ha hecho lo más complicado


Efectivamente, Pedro Sánchez ha tomado la decisión que nadie esperaba, la más complicada aunque todos digan que es la más sencilla y la que todos ya sabían de antemano que iba a tomar.

Le da igual, y nos da igual. Será complicado que le puedan insultar con nuevos "palabros", creo que ya han utilizado todos. Y yo soy de los que creen que a las tres opciones que todos advertían como posibles, existía una cuarta que es posible sea la que finalmente haya tomado.

Aunque no lo haya dicho claramente. La decisión que ha tomado no es la misma que ha transmitido. Por dentro, por debajo hay muchas más cosas. Eso seguro.

Por ejemplo cortar toda relación con más de uno. Si vemos la cuarta opción que yo planteaba el día 25, veremos que finalmente es muy posible que se haya decantado por la opción "Puente", pero no por la Julio Puente, sino por la de Oscar Puente, que como dicen mis amigos, debe ser primico mío.

España necesita tranquilizarse, y a veces para ello se necesita dar un zapatazo encima de la mesa. No es para meter miedo ni autoridad, es para que al menos sepan los demás, que zapatos sí tiene y los puede utilizar.

¿Y ahora? Pues depende de muchos factores. Depende de Cataluña, como en muchas otras ocasiones, depende de los resultados de las europeas, depende de hasta donde quiere cortar por lo sano sus relaciones con el PP. Depende de las presiones que vaya recibiendo educadamente desde su propio partido. Y depende de la forma en que todos (TODOS más bien) asumamos que así no va España a ningún lugar que no sea la mierda.

Se puede estar en desacuerdo, faltaría más. pero sobre todo se debe estar tranquilamente en desacuerdo. Yo no conozco todavía la manera de resolver problema con la violencia dialéctica. Baltasar Gracián o Nicolás Maquiavelo enseñan bastante lo que se debe hacer en estos casos. Leer es una buena terapia.

Julio Puente

27.4.24

Cartelitos consumidores para consumistas impulsivos


Para consumir hay que anunciarse y a veces es tal la fiebre de vender, de convencer, que ya no caben las informaciones que nos quieren transmitir para convencernos. La publicidad se convierte en propaganda para convencernos a caer en el consumo.

No nos preparan para el esfuerzo, para la autoestima, para la realización personal o para el conocimiento completo de los temas, que no sean puramente económicos… para ellos en forma de beneficios, y para nosotros en forma de endeudamiento.

No nos preparan para el consumo real y válido, pues nos prefieren sin preparación, para que no sepamos defendernos.

Solo importa el consumo en constante crecimiento y el orden que se pueda formar con los números. Puede incluso cuadrar el sistema, porque para eso hay teorías que lo avalan.

Dicen que necesitamos un país, una sociedad en donde no sea necesario trabajar, pero eso si, donde se consuma todo lo que el estado te entregue como subvención para vivir.

Es curioso, pero lo importante no es tanto ni el qué, ni el cuándo,  ni el para qué. Lo único importante es el cuanto, y contra más cuanto… mucho mejor.

Por eso hoy las cosas duran poco o nos convencen de que cada vez hay que ir más a los lugares de consumo, porque el éxito económico no es la productividad, ni la felicidad, ni la motivación. 

El éxito para el sistema es el consumo.