2.4.24

La III Guerra Mundial ya está aquí para los que mueren y no tienen vivienda ni país


Soy un clásico, un tipo que se deja llevar por lo que dicen los demás. Soy como los demás. Ahora está de moda meter miedo con la III Guerra Mundial y voy yo y me lo creo. Soy un clásico.

Ayer mataron a siete personas de una ONG que repartían comida y así llevaban meses en medio de la guerra. No tenían derecho a que estuvieran molestando a los soldados que matan.

A su vez un país bombardeó la capital de otro país… para matar a seis altos mandos militares de un tercer país. Dos de estos países tienen armas atómicas para destruir. Cosas que tenemos que soportar.

Y eso sin nombrar a los rusos que nos mandan señales de que con sus bombas de nombres simpáticos (por ejemplo Satán II) pueden llegar en poco más de 3 minutos a Barcelona desde Moscú. ¿Nos daría tiempo en tres minutos para ducharnos y que al menos nos pillara la muerte con los calzoncillos cambiados?

No vamos a poner fechas, tampoco es eso, como tampoco ponemos modos para pensar en resolver las situaciones. Ya sé que nos vamos matando de poco en poco para evitar que nos matemos de mucho en mucho.

Se trata simplemente de graduar la muerte. Por que no debemos olvidar que la III Guerra Mundial ya está aquí para los miles y miles que mueren o se quedan sin casa y pasan hambre de comer. Para esos les da igual qué nombre le pongamos a su muerte. 

29.3.24

Europa se la juega en los próximos meses. Y Rusia también

En los Juegos de Guerra, y me refiero a los Juegos de toma de Decisiones que pueden acabar en Guerra de las de verdad, de las de matar y destruir, se toman decisiones arriesgadas que se saben de antemano, pueden acabar en derrota, es decir, en Guerra Abierta.

Si estudiamos la Guerra Civil en España, o las dos Guerras Mundiales del siglo XX por poner tres ejemplos que todos conocemos, nos damos cuenta claramente que meses antes de estallar los conflictos ya se veía venir el drama. Se jugaba a un Juego de Guerra de forma pasiva y a veces no siempre sabiendo a qué se estaba jugando, y en el que se podía perder el control. Y se perdió en las tres ocasiones.

Ahora en el mundo y sobre todo en la Europa y en el Mediterráneo, estamos en una situación muy similar, en donde todo puede suceder, incluida una Nueva Gran Guerra. La última vez en que todo se veía venir, clamorosamente absurda por no ser nadie capaz de remediarla, estuvo sobre la mesa de los Juegos de Guerra en los meses anteriores a la invasión de Rusia a Ucrania. No se supo interpretar bien.

Hay siempre una estética visual en estos Juegos de Guerra, y que se producen en los despachos. Y es imprescindible saber interpretarlos. Aquellas mesas en Rusia larguísimas, en donde los líderes se separaba por una decena de metros, indicaban en qué posición estaban las piezas sobre el tablero. No existía deseo de hablar, de negociar.

Llevamos semanas cuando no meses advirtiendo de la nueva estética del Futuro. Hoy el primer ministro polaco Donald Tusk lo verbaliza en El País para que al menos nos vayamos enterando todos. No se trata de meter miedo, sino de sopesar que en todos los Juegos de Guerra nos podemos equivocar en un movimiento… y perder la partida.




Si analizamos la actual situación con frialdad, veremos algunos conceptos claves, nos gusten o no, sean importantes en el corto o en el medio plazo.

Rusia no puede perder la actual guerra por su tamaño y posición estratégica en el mundo actual. Lo sabe Putin y lo sabe el mundo entero. O al menos no la puede perder sin que se convierta en una guerra de mucho más alcance.

Ucrania no puede ganar esta guerra pues es un país muy débil. Si acaso lo podría hacer la OTAN en un conflicto realmente muy duro y con varios países directamente implicados.

Europa no puede ser segura si Ucrania se convierte en un país de Rusia, en un territorio permanentemente ocupado. Abrir esa frontera con Rusia traería un problema todavía mayor que la actual guerra con Rusia.

Si Rusia termina invadiendo la totalidad de Ucrania, su seguridad de cara al futuro no acabará allí, el conflicto no terminará con unas fronteras rusas y bielorrusas en la actual frontera de Ucrania.

Moldavia podría ser el siguiente paso de Rusia para ampliar sus defensas estratégicas y para provocar a la OTAN.

Estonia, Lituania y Letonia no serían ajenas a los movimientos de Rusia o de Bielorrusia para ampliar sus fronteras de defensa ante Europa. El papel de Bielorrusia no hay que orillarlo.

Hoy la propia Rusia está muy ocupada y preocupada con Ucrania y no quiere intervenir en más kilómetros de frontera. Ni de momento desea ampliar el conflicto con armas tácticas distintas a las actuales. Excepto que se vea obligada a ello. Los ataques terroristas no ayudan a la calma.

Pero la actual situación de Guerra a medio gas no será eterna, sobre todo si el proceso bélico se alarga sin soluciones ni avances desde ninguna de las dos partes. Un error por una de las partes puede ser interpretado como una provocación y destapar todas las debilidades. Alrededor del conflicto hay cuervos pequeños y grandes, esperando los despojos.

Julio Puente