1.2.24

Las tablillas en los cementerios de Japón. Visita sus cementerios


En Japón, en Tokio, son tantas las sencillas cosas que debemos ver, que una semana es muy poco tiempo para disfrutar de una sociedad diferente a la occidental. En los viajes de más de una semana que hagas a cualquier país distinto al tuyo yo siempre recomiendo que al menos unas horas se dediquen a visitar un cementerio, y admitiendo de que esto suena a barbaridad, es un ejercicio turístico que te adentra como pocos en sus culturas, en sus formas de ser y sentir. 

No es falso decir que hay cementerios maravillosos, y bien cerca de España tenemos los ejemplos de París, o incluso sin salir de España algunos cementerios en Galicia o en Castilla. Lo recomendable es antes de visitarlos revisar alguna información sobre ellos para aprovechar la visita.

Esta imagen de arriba nos muestra el cementerio de Yanaka ubicado al norte de Ueno en Yanaka, Tokio. Un cementerio donde poder ver y sentir la antigua atmósfera de Shitamachi, la historia de un pueblo, la cultura antigua de Japón.La calle que atraviesa el corazón del cementerio se llama Sakura Dori, la calle de los cerezos en flor. Si tienes la suerte de poderlo visitar cuando las flores rosas y blancas están en los árboles en primavera, verás un espectáculo inolvidable.

En las tumbas de los japoneses es habitual dejar unas tablillas con rezos y recuerdos para el difunto, que en días de viento se mueven y realizan un tintineo que suena a música celestial o como poco a sonido venidos desde el más allá. 

Como en Japón ciudad hay cementerios en algunos barrios entre las zonas habitadas, dentro de urbanizaciones, en días de viento este sonido entra en las habitaciones de las viviendas cercanas, para recordar que la vida es eso, una música que se acaba.

Residencias para personas mayores pero no muy mayores


Hay residencias que ofrecen estancias temporales, que atienden en régimen de asistencia completa a personas que han sufrido una caída, rotura,  operación, etc. para que estén atendidos mientras se recuperan de sus procesos.

Si la persona es de tercera edad, me parece bien que esta recuperación se haga en un Centro de personas Mayores.  Pero si esta persona es aún joven (50, 60, incluso 70 años), deberían existir centros donde quienes residen sean personas de la misma generación. Personas con las que interactuar, hablar, jugar a las cartas, hacer un crucigrama, ver series de tv, cualquier actividad que les mantenga ocupados y distraídos, sin pensar en su dolencia ni que han entrado en una fase de soledad, de enfermedad, de una debilidad que va en aumento.

¿Por qué digo esto? Porque si se está en un centro internado/a un largo tiempo y no se activa la memoria, el habla, las habilidades sociales, motrices, si no se motiva al paciente, si además se ve rodeado de personas ancianas, quizás en peor estado anímico y de salud que el paciente ingresado, conseguimos que alguien que entró para recuperarse de una cadera rota, o de cualquier otra cosa, salga peor de ese centro. 

Y creo que debería ser al contrario. A cualquier persona a partir de los 60 años se le debería dotar también de esperanza y alegría, de una cierta habilidad para relativizar sus procesos temporales de una debilidad, que no tiene que ver con su estado anímico al entrar ni con su edad. Y si no somos capaces de crear centros para adultos no muy mayores, los convertimos en "muy" mayores simplemente ingresándolos en unos Centros concebidos para personas con debilidad y una edad muy alta.

Hoy se es joven muchos más años que antes, y eso debe lograr que creemos servicios dotados para las particularidades de esas personas de 55 a 75 años, que todavía tienen mucha energía, aunque hayan tenido un tropiezo temporal en su salud. No deben ser geriátricos, sino más similares a hoteles con cuidados al menos de enfermería y actividades similares y cercanas.

Laura Puente