17.12.23

Necesitamos creer que es posible volver a la calma y convivencia sencilla


Sabemos todos que estas violencias verbales, de formas, de modos, de asco, no son soportables durante muchos tiempo, que en España tendremos que volver a la normalidad suave en algún momento, aunque sea a costa de mandar a descansar a los que no quieran entrar en razones de calma.

Creo que tanta crispación, al final, logra más crispación. Y eso sale muy caro para los españoles.

Pero nadie sabe cuando seremos capaces, entre todos, de darnos cuenta de que estamos caminando por una línea casi rota.

16.12.23

¿De qué quieres leer? Pues esa es la gran duda

Uno nunca sabe a quien le escribe, ni los mejores escritores lo saben, pues aunque conocen a unos pocos de sus lectores, son eso, una inmensa minoría en todos los casos si hablamos porcentualmente. Ellos tienen millones y conocen a cientos. Yo tengo a cientos y conozco a media docena.

Hoy Ana Iris Simón se pregunta algo similar en El País

¿De qué escribo, por quien escribo? 

¿Hacia quien quiero escribir, sobre qué debo intentar estrujarme las ideas?

Ella llega a la conclusión de que es mejor escribir sobre los temas que dominas, pero sin perder la idea de incidir sobre lo que quieras meter la cuña. 

Que hablar del día a día es una pérdida de tiempo pues todo transcurre a tanta velocidad, que hoy ya es todo viejo…, y mañana todavía no ha llegado.

Nos queda hablar del ayer pero sin que se note, hablar del pasado pero actualizando ese tiempo al presente. Siempre será necesario hablar de los clásicos, de lo clásico, pero pintado del color actual para que cuele mejor.

Si solo habláramos del HOY solo podríamos insultarnos entre tú y yo, y os juro que eso no me gusta, no soy de los que utilizan la grosería verbal ni para tener más tono.

Se puede hablar de Aristóteles y si no lo nombras, cuela como cualquier idea actual recién salida de un lobby de moda. Es la ventaja de los clásicos.