6.12.23

Mezclamos sexo, erotismo y la muerte, y salió un calendario

Una empresa polaca de ataúdes trató de mejorar el negocio con un calendario para el año 2013 que mostraba varios modelos femeninos y masculinos en topless, pero posando junto a los ataúdes que fabrica Lindner. 

Es una vez más, la mezcla de erotismo, unas gotas de sexo imaginado y publicidad para que el espectador guarde el producto o al menos dirija su atención durante más tiempo. 

¿Es necesario hacer publicidad de ataúdes? Pues parece ser que sí.

"Mi hijo tuvo la idea de crear el calendario de la empresa ... para que podamos mostrar algo medio en serio, colorido, hermoso, la belleza de las jóvenes polacas y la belleza de nuestros ataúdes", dijo Zbigniew Lindner, propietario de la empresa. 

"Queríamos demostrar que un ataúd no es un símbolo religioso. Es un producto", dijo. "¿Por qué la gente tiene miedo de ataúdes y no de trajes, cosméticos o joyas?"

Además de atraer publicidad para su empresa, el calendario pretende ser una fuente de ingresos. Está a la venta en el sitio web de la compañía. 

Cualquier persona que hace el pedido recibe un anillo complementario con la forma de un ataúd, en un alarde de mal gusto. Efectivamente, hay fetichismo de todos los tipos.

La iglesia católica polaca ha condenado el calendario como inadecuado. Un portavoz de la iglesia ha dicho que la muerte humana debe ser tratada con solemnidad y no mezclarse con el sexo.

Dos palabras viejas. Chaflán y Escarbar

Hay palabras maravillosamente hermosas por poco utilizadas. Palabras raras que se van perdiendo por su poca utilización y que resultan casi únicas en muchos idiomas o que no encuentran traducción fácil. 

Voy a nombrar a dos de ellas: Chaflán y Escarbar.

Chaflán está claro qué es, pero sin duda a su (casi) poca utilización se une la facilidad de pronunciar esquina. Aunque un chaflán no es precisamente solo una esquina, pues un chaflán es algo más o al menos una esquina con importancia. 

Un chaflán tiene tamaño pues no es el punto de unión de dos superficies sino un espacio con tamaño propio que “en la esquina” elimina a esta para crear un espacio propio que da visibilidad a las dos calles o líneas que quieren convergen y el chaflán lo impide creando un espacio propio. 

Un local en chaflán vale el doble o más, así que cuidado con olvidarnos de la palabra chaflán.

Escarbar es maravillosa. De pequeño, cuando era pobre de verdad en mi casa se compraban y se cocinaban escarbaderas para comer, pues tenían mucha gelatina. 
O al menos eso me decía mi madre. 

Las escarbaderas son las patas finales con los dedos de los pollos y gallinas, las partes amarillas sin casi carne. En realidad eran las de las gallinas jóvenes que eran más grandes que las de los pollos actuales. Se pelaban de sus escamas tras cocerlas ligeramente, se limpiaban muy bien y se cocían otra vez para finalmente pasar a una salsa de tomate.

Pero hablaba de escarbar, que sin duda viene de gallina. O no. No hay muchos que se dediquen a escarbar excepto las gallinas de corral. 

Escarbar es rascar, raer, rebuscar, emplear las patas o las manos para en la superficie enterarse bien de lo que hay removiendo todo. Cuidado pues escarbar también se utiliza para los alcahuetes que rascando van buscando información para su beneficio.