18.11.23

La importancia para la salud mental de un Diario Personal

Las personas que llevamos un Diario Personal no estamos locas, e incluso es muy posible que estemos más sanas que la media, pues llevar un Diario Personal es una terapia sencilla que ayuda a comprendernos y conocernos mejor. 

Un Diario Personal es poner sobre papel o pantalla lo que nos de la gana, sean recuerdos, frases que escuchamos, notas, apuntes de contabilidad, frases que nos inventamos, lo que nos sucede, dibujos, recortes, señales, dietarios, consuelos, luces, pensamientos brutales, etc.

Es una bitácora personal y siempre secreta, que nos sirve como espejo al que mirarnos con sentido retroactivo. Y donde se puede borrar, romper, tirar, guardas, besas o querer.

Es como una medicación mental a pequeñas dosis, pero no tanto para el cuerpo como para el alma. Esto último en caso de existir el alma.

Vaciarnos todos los días en esos momentos de tranquilidad y silencio, de intimidad, es un ejercicio muy bueno para la salud mental, sobre todo en dos procesos vitales por los que todos nosotros pasamos. La adolescencia y la madurez.

Un Diario Personal debe ser siempre un lugar honesto, donde no nos engañemos nunca, donde pongamos incluso aquellas cosas que luego queremos destruir. E incluso, por qué no, para destruirlas después.

Un Diario Personal no es un soliloquio de éxito, sino más bien un libro de errores y dudas, de mirarnos al espejo del papel y preguntarnos qué somos, hacia dónde queremos ir. Somos nosotros mismos, escribiendo de nosotros mismos.

Empieza con un ejercicio muy sencillo y verás cómo te sientes capaz de iniciar un Diario Personal. 

"Coge una hoja de papel en vertical y marca una línea que lo divida en dos zonas alargadas. En la izquierda en verde o azul escribe en grande dos o tres cosas buenas de ti, de tu personalidad, de tus formas de ser. En la derecha y en rojo escribe dos o tres cosas que te parecen negativas, errores tuyos, formas de ser que no te gustan. Y lo guardas. Cuando haya pasado una semana o dos, lo buscas y lo lees. Y si lo que habías escrito te gusta, crees que es real, que no te engañaste aquel día en el que lo escribiste, estás preparado para escribir un Diario Personal como ayuda a ser cada día mejor y más cordial contigo mismo".

Y no te preocupes si lo que escribes un día no se parece en nada a lo que piensas un par de semanas después. Y no digo ya nada si lo repasas un par de años más tarde. Somos seres cambiantes, movibles, todo se mueve incluidas nuestras mochilas. Es lo habitual el ser a veces contradictorios, aunque eso mismo lo critiquemos a los demás.

Los límites de la familia de un enfermo deprimido


Una persona con depresión es un gran trabajo añadido para la familia que está a su lado, y a veces sin querer el paciente, se convierte en una carga complicada de entender y de llevar por el camino del cariño, de sus necesidades, de todo lo que nos pide. 

Todas las enfermedades son complicadas para el apoyo familiar de calidad, pero la depresión es una gran desconocida para muchas familias y no siempre se sabe cómo actuar ante ella.

Una persona con depresión, a veces pide más de lo que se le puede dar, incluso lo que pide…, de dárselo, es contraproducente para los intereses de su mejoría. 

Hay que asumir también, que muchas veces junto a un depresión está a su lado una ansiedad en distinto grado, crisis agudas, miedos, fobias o pánicos.

Hay que mostrarles mucho cariño, mucho amor, pero eso no quiere decir que nos tengamos que plegar a todo lo que nos solicitan. 

Como familiares no es bueno caer en todos los estados en los que vaya cayendo la persona enferma, y que asumamos con sufrimiento que llevarle la contrario es contraproducente. A veces llevarle la contraria es inevitable.

Los cuidadores debemos defendernos. 

Apoyarles y mucho, pero sin que la carga sea tan alta que se nos apoderen y caigamos nosotros en una situación complicada, a veces similar. La paciencia es muy importante. Pero hay que fijar límites para que la relación funcione bien entre las dos partes.

Es posible que estos límites los tengamos que hablar con el profesional de medicina que trata a nuestro familiar y a solas. Nadie sabemos de todo y más admitiendo que cada persona absorbemos de una forma distinta a los que nos cuidan.

El cansancio es muy normal entre las personas deprimidas, pero es muy negativo que ese mismo cansancio se contagie a los cuidadores. 

Atender a un familiar con depresión no se puede convertir en una carga agotadora, pues entonces la ayuda es negativa.