15.11.23

Se reparten los mismos votantes. Y eso es un error para el PP


El Derecho a la Manifestación es totalmente democrático, y de eso no tengo duda. Como tampoco la tengo del mal gusto, de la idiotez de algunos, queriendo insultar mientras se manifiestas, obviando que las malas compañías no son compañías sino apegados que buscan otros beneficios.

Esto le está sucediendo al PP, que se arrima a VOX sin saber marcar bien sus espacios, sus ideas, sus puntos de fricción. Repartirse los mismos votantes es una mala idea poco práctica. Y no será fácil resolverla.

Habría que ir delimitando qué es legal y qué no lo es, en algunas declaraciones, gritos, manifestaciones públicas, pancartas, insultos, gritos, etc. Para que no haya luego tontunas diciendo que no lo veíamos venir. 

Incluso qué es ético, estético o peligroso y salvaje. 

Se empieza insultado a Pedro Sánchez, luego a todos los socialistas, tras eso al Rey, luego a la Democracia, después al PP y a ciertas religiones, tras eso o antes a los medios de comunicación o a la policía que obedece. ¿Qué seguirá?

Algunos eslóganes de ayer mientras alzaban muñecas de plásticas como si fueran ministras del PSOE no dejan duda.: “PSOE, PP, la misma mierda es”, “Moros no, España no es un zoo”, “España cristiana y no musulmana”, “Prensa española manipuladora” o "Ayúdanos Europa". ¡¡Uff!!

No me preocupa el PSOE actual, sino el PP que salga de estos líos, pues en España se necesita al PP para una vida normalizada. Y la sensación no me gusta.

13.11.23

España en Encrucijada: Reflexiones sobre el Futuro de la Amnistía


Vivimos tiempos desafiantes para comprender el presente y aún más complicados para vislumbrar el futuro de España. Algunas decisiones de un Gobierno que parece poco receptivo a escuchar a sus ciudadanos no son de mi agrado, y resultan difíciles de asimilar.

En política, la estética también cuenta: las formas y maneras de tratarnos y relacionarnos entre todos son importantes. Estos aspectos son fundamentales para comprender la dirección que tomamos como sociedad. 

La falta de transparencia, los secretos y la ausencia de explicaciones claras convierten a las democracias consolidadas en espacios de manipulación.

Quienes ostentan el poder lo hacen —al menos en teoría— porque así lo hemos decidido la mayoría. Por lo tanto, se nos debe una explicación clara en las decisiones significativas, ya que su poder y representatividad provienen de nosotros. Entregarnos el silencio o explicaciones escasas y premeditadas en sus cocinas de Comunicación, no favorecen la confianza en nuestra democracia.

Yo estoy a favor de la amnistía y lo he dejado dicho mucho antes. Pero no así. 

Los precios de lo que adquirimos también importan. Una ley tan crucial para la salud democrática de España no puede surgir como un simple intercambio de favores.

Es imperativo discutirla, reflexionar sobre ella, negociarla entre diversos sectores y, lo más importante, someterla a votación al menos en el Congreso de los Diputados cuando no entre todos los españoles. Especialmente cuando muchos ya piensan que dentro de la Ley hay cuestiones laterales que deben abordarse con reflexión.

Nos enfrentamos a un futuro que, de manera engañosa, nos presenta una dicotomía entre la ultraderecha y el socialismo de Sánchez. Sin embargo, hay muchos matices en todos los territorios e ideologías de la España actual. Y los que representamos estos matices no podemos ni debemos permanecer en el silencio ni admitir que no hay otras opciones.

Es innegable que el PP ha cometido errores tácticos al aproximarse a su contrincante VOX, y el PSOE como partido parece estar adormecido desde el abrupto despido de Pedro Sánchez en 2016. Aunque dimitió en ese momento, sabe que repetirlo ahora es imposible.

Ante la disyuntiva de pensar si Pedro Sánchez es ineficaz o si busca pasar a la historia envuelto en torpezas que cree se olvidarán con el tiempo, me inclino por la segunda opción. Pero es un error y un gran riesgo.

El precio social que España tendrá que pagar por estas semanas será complicado de asumir, pues incluso si la futura Ley de Amnistía, que aún desconocemos en sus detalles, es impugnada ante el Tribunal Constitucional, ya habrá generado daños colaterales difíciles de reparar.

La historia, casi siempre, se escribe a base de errores, algo similar al ajedrez, donde gana quien comete menos equivocaciones y acude a la partida mejor preparado.

Ajovín