11.9.23

Nada es como nos quieren vender

No, claro, no son cerezas y lo sabemos todos. Es un fruto salvaje no comestible y con diversos nombres. ¿Y ahora me pongo a comentar algo de botánica o de gastronomía? 

Pues no, voy a comentar algo de política. Jodo. Así que ya está claro, hay que huir, la política ya no gusta a casi nadie.

Excesivas veces nos intentan engañar todos contra todos. No hay un perfil de engañador bien definido. Todos contra todos, en un juego bastardo de manipulación en la que cada vez menos personas caen. Y curiosamente más manipuladores hay,

Incluso si nos ponemos tiquis miquis, también yo como opinador, puedo caer en esa categoría de manipulador. No te fíes de nadie.

La mejor manera de diferenciar unas cerezas sabrosas de esos pingajos rojos y salvajes es entender un poco de cerezas. En realidad no sirve casi ningún otro consejo pues quien quiere engañar se las sabe todas. E insisto que los hay en todas las ideologías. Todo depende.

La única manera de podernos defender del estreñimiento de los "tapaculos" rojos y hermosos, es conocer lo básico y si tienen dudas no dejarte engañar por lo hermoso, por lo que se vende muy bonito de color y de forma.

La vida en sociedad siempre es compleja, necesita mucho trabajo público aunque te digan que hay muchos vagos chupando del carro. Y eso vale para cualquier país, cualquier sociedad, cualquier ideología que gobierne, incluso esas que dicen que no son políticas sino militares, comunistas o anarquistas.

8.9.23

Hay que terminar con la desafección política en España


Sabemos, o deberíamos saber, que la pasividad de la ciudadanía interesa a las fuerzas conservadoras, pero que para una política de progreso es imprescindible una ciudadanía organizada y activa. Sabemos también por experiencia lo difícil que desde la Transición le resulta al PSOE asumir esta necesidad y traducirla en iniciativas, pero también a las organizaciones que se reclaman de un proyecto de transformación progresista que, desde el PCE, IU, PODEMOS…, han sumado demasiados fracasos en este objetivo de impulsar la necesaria incidencia social más allá de positivas pero momentáneas respuestas sociales. 

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El texto de arriba no lo digo yo, lo ha publicado Isidro Boix en Tribuna Abierta. Pero lo veo muy correcto.

Estas apreciaciones son gran parte de la desafección actual hacia la política que los ciudadanos progresistas están (estamos) teniendo en los últimos años. Y en crecimiento. Y eso es muy negativo de cara al futuro.

No podemos ser ciudadanos que simplemente observamos, leemos, votamos cada cuatro años. Eso no es suficiente, y si seguimos todos por esta deriva, nos cargaremos poco a poco la democracia, pues nada es eterno…, si no se cuida.

La sociedad, toda, necesita sentir la política como algo imprescindible, algo que incluso desde el punto egoísta personal, nos interesa, pues nos puede (debe) simplificar la vida en sociedad.

Si pensamos como ciudadanos lo contrario, está muy claro qué final tendrá la película de la historia reciente, y eso es negativo. Aunque sea un final lento.

Julio M. Puente Mateo