31.8.23

Si las malas ideas triunfan, es seguro que son buenas

A veces la arquitectura parece rara vista desde fuera, resulta casi imposible imaginar qué contiene el edificio, pero algo ha movido para que sea así, a construirla como es. 

Y no me estoy refiriendo solo a las arquitecturas urbanas, sino también a las sociales, a las personas y sus decisiones, a las empresariales.

Hay veces que una idea, por si sola, es ya capaz de mover conciencias de grandes grupos. No se necesita más, ni desarrollarlas mucho, ni plantear objetivos complejos, ni ofrecer garantías añadidas. 

Solo con la idea ya sirve para creer en ella. 

Tal vez nos falta entenderla algo mejor y desarrollar sus expectativas a través de explicaciones detalladas. Pero de entrada podríamos decir que nos gusta.

El triunfo a veces existe por llegar en un momento especial, otras por ser la única idea, o la idea diferente, o caer del cielo cuando más agua se necesitaba para regar. 

Si logras creer y consiguen que otros crean, ya has logrado lo más complejo: crear sinergias víricas que se contagian ellas solas. 

Si además otros creen en ti o en tus ideas, están logrando que tú mismo creas todavía más en ti y desarrolles mejor tus proyectos.

Para que una idea triunfe no tiene que ser muy buena, no es necesario que se explique ella sola, incluso a veces vista separada de su contexto, nos puede parecer una mala decisión.

Pero si está triunfando será por algo y eso es lo más importante. Tal vez si triunfa es por algo especial.

Eso, y saber por qué lo está haciendo, por qué triunfa, si en realidad no nos parece tan buena. 

Nos puede parecer irregular… cuando la observamos desde fuera, parcialmente, desde otro punto de vista. Pero si es la elegida… será por la suma de varios conceptos. 

Adivina cuales y multiplícalos. Aprende de los éxitos de tus propias ideas, de esas que no te parecen tan buenas.

Ajovín


El PP tiene un problema de líder y ellos lo saben


La propuesta del señor Feijóo desde el PP al PSOE de Pedro Sánchez nos indica que falta calidad política, sobre todo para entender este juego de adultos en donde unos escuchan y hablan y los otros también. En donde lo primero es entender que todos, incluidos los receptores de los mensajes…, tontos no son.

¿Dos años y luego Elecciones Generales? Ni idea de cómo funcionan los asuntos públicos. Es hablar contra la pared.

Primero dos años son inútiles, es un tiempo que no sirve para nada ni de nada. Si es para aprobar leyes, con un par de meses es suficiente y llevamos cuatro años de frenazo entre precisamente ellos, el PP y el PSOE. Para gestionar algo de un país o de una gran ciudad incluso los cuatro años de una legislatura se quedan cortos. Sería más lógico ir pensando a medio plazo en los cinco o seis años de cada legislatura en todos los organigramas públicos.

Pero además el PP podría hablar planteado dos año un partido y los otros dos años el otro partido. Y en eso cabe incluso la pelea por distribuir los tiempos e incluso en distribuir los Ministros. Sería un planteamiento más entendible, aunque tampoco fuera aceptado.

Algunos partidos ya lo han hecho en el Congreso en el pasado, por ejemplo entre CHA e IU, con unos resultados muy aceptables, por no decir excelentes.

El PP se está equivocando en este tiempo de sí pero no. No ya está perdiendo el tiempo, sino que está perdiendo sus energías y parte de sus sentidos. No se puede estar dos años acusando al PSOE de que pacta con filoetarras, con independentistas, con bolivarianos, y luego intentar que parte de todos estos te apoyen a ti. ¿Cómo pensabas explicar a tus votantes si finalmente te apoyasen?

Le estás dando munición al contrincante de cara a unas próximas elecciones y de la siguiente pelea institucional. Y además para nada, como cualquier imberbe sabe. Si necesitas en un futuro pactar con los vascos o catalanes en caso de no tener mayoría absoluta con VOX, sabes perfectamente qué estrategias debes tener.

Y la siguiente deriva es que si pactas con VOX que no son tontos de nada, vas a ir perdiendo influencia entre tus votantes, pues no eres como PP una organización tan hábil para frenar con los que pactas, como lo ha sido siempre el PSOE.

Ni la izquierda es tan espabilidada para defender sus pactos como lo será VOX, ni el PP tiene esa maquinaria de sujeción como la tiene el PSOE. La suma de estos don conceptos hace que los pactos en la derecha no pueden ser iguales a los que hacen en la izquierda.

Como podemos ver en algunas de las imágenes publicadas, los medios saben seleccionar mejor que Feijóo qué se quiere transmitir a los ciudadanos, en qué posición nos interesa mostrar el momento.

Julio M. Puente Mateo