26.7.23

Nunca te derrotes aunque te sientas un peón

En nuestra vida, ante ella, debemos admitir qué papel nos corresponde aunque esto sea complicado de asimilar. Por muy diversos motivos nos vamos colocando al crecer, ante un papel determinado del que se puede salir o entrar, pero del que siempre debemos admitir que es y ha sido nuestro punto de partida.

Podemos ser peones o damas, alfiles o fortalecidas torres, pero nada hay mejor que cumplir con nuestro papel dignamente e intentar crecer desde esa posición, si así lo deseamos. 

Y admitir que hay que cumplir el papel que nos corresponde con la mayor entrega posible. Tan válidos es un peón bien colocado… que un alfil esperando agazapado a salir de su casilla.

Siempre que llueve se mojan los mismos, siempre entre los charcos… encontraremos a los amigos peones de la vida. 

No queda otra que ir acostumbrándonos a soportar las tormentas de la vida con buena cara, para no tener que sufrir por lo que consideramos inevitable. 

Siendo peón también se puede ser feliz, sin que nos tengamos que sentir derrotados nunca. Y sabiendo que si se hacen bien las cosas, desde ser peón se puede alcanzar la fila octava y convertirnos en Reina.

25.7.23

La Censura torpe de 1973 en España. Allende y Chile


La censura en la dictadura española de Franco era también una torpeza de funcionarios bastantes cortos de entendederas. Y a veces se les escapaba alguna viñeta claramente censurable para las ideas de aquellos años. No eran capaces de notar lo que se decía, lo que iba a suceder, lo que estaba sucediendo.

Esta viñeta publicada en el diario Pueblo que era un órgano de publicaciones del sindicato vertical franquista, publicó esta viñeta del genial Máximo al día siguiente del Golpe de Estado, militar por supuesto, de Pinochet en Chile. 

Un tiro en la sien contra el presidente Allende era el detalle de que aunque se decía que no pasaba nada, que no había sangre derramada y todo era pacífico, se había asesinado al Presidente Allende. 

Era septiembre de 1973, y la censura todavía cerraba periódicos, los secuestraba si lo que se escribía no le gustaba a la censura, pero a veces eran muy torpes, y se colaba la apertura de aire fresco entre los cafelitos de los censores.