18.7.23

Cambio suave, con resultados profundos, el domingo


Decía el otro día en un texto que publiqué aquí, que: "…todas las encuestas también nos muestran un cambio suave, sin muchos aspavientos, pero cuidado, pues algunos cambios los carga el diablo".

He recibido algún comentario a esta frase que me gustaría aclarar, pues se tachaba de curiosa la afirmación de que lo que podría llegar sería "un cambio suave".

Lo que nos dicen las encuestas es que vamos a cambiar, previsiblemente, sin que haya un notable cambio en el votante, en el ciudadano. Con pocos cambios pero mal distribuidos, se puede producir un cambio realmente muy importante, en las formas de hacer política en España.

No intento, en ningún momento, lavar la imagen de lo que se puede venir encima de todos si al final se queda como gestor una coalición entre el PP azul fuerte y VOZ azul oscuro.

En realidad es mucho lo que estamos cambiando, sin que nos demos cuenta, de una forma suave que casi no se nota.

Por ejemplo el crecimiento de VOX parece mantenerse y además es auspiciado por diversos medios de comunicación que no tiene en cuenta todas las variables de los Grupos que apoyan a esta formación política, previsiblemente (creo) desde el mundo económico pero sobre todo desde el mundo religioso. Es casi seguro que quien estoy equivocado soy yo.

Pero además de plantear una Campaña Electoral sin Programas bien explicados y llena de mentiras admitidas y de enfrentamientos entre partes de la sociedad española, han (hemos) logrado que desaparezca PODEMOS del discurso, de la lectura y explicación. Jopetas… ¿y a qué precio? ¿O pensamos que las cosas son siempre gratis?

No es ninguna tontería que no haya papeleta de PODEMOS y que hayamos admitido con facilidad que lo inevitable era formar deprisa y corriendo un SUMAR que nace obligada por las circunstancias. No, no es la mejor manera de crear algo tan importante.

Hasta el domingo por la noche no sabremos qué sucede en España durante los próximos años, ni idea aunque nos lo imaginemos. Pero los cambios, sean los resultados los que sean, serán más amplios que la decisión de quien va a gobernar en la próxima legislatura.

E insisto en que es un cambio suave pero con resultados profundos, pues en realidad todo lo que suceda el domingo se venía fraguando desde hacía cuatro años. 

Unos no se han querido dar cuenta, otros han utilizado el silencio, algunos han aplaudido con las orejas y otros han campado a sus anchar por un terreno sin contrincantes. 


Consumiendo podemos cambiar el mundo

Nos han convencido de que somos seres egoístas, y de tanto decírnoslo nos lo hemos creído, enterrando la realidad ancestral. Somos seres que como todos los animales, somos capaces de ayudar a los demás y además disfrutamos con hacerlo.

Es verdad que a algunos personajes les interesa este mensaje negativo, para así pasar ellos desapercibidos, o lo que es peor para nosotros y mejor para ellos: pasar como los adalid del invento egoísta. 

Aquellos que son egoístas han logrado hacernos creer que todos somos egoístas y así pasan por personas lógicas, por seres excelentes. Pero es mentira.

La solidaridad entre seres humanos es constante, aunque tenga que pelear muchas veces contra la insolidaridad de otros seres humanos que curiosamente han logrado puestos de representación mayores, por habernos creído como sociedad que los que mejor defienden los intereses generales son aquellos que son egoístas e insolidarios.

Ayudamos a los vecinos, a los familiares, a los amigos, a los compañeros de vida, a los que tienen dificultades. 

Nos enternecen las situaciones vitales delicadas, la debilidad, la falta de libertad, los problemas de los demás. 


Simplemente somos tan solidarios con lo que nos rodea como todos los demás animales que están sobre la tierra.

Así que cuando hablamos de cambiar el sistema de economía capitalista por otro más social, más humanos, que busque el bien común, lo tenemos fácil. Simplemente tenemos que ser nosotros mismos.

Hay que consumir de aquellos productos que no estén gobernados y gestionados por corporaciones que destruyen el medio ambiente, abusen de personas, solo busquen su beneficio personal. 

No es tan complicado encontrarlas. 

Normalmente entre una inmensa empresa con marcas que no hagan publicidad de sus ayudas sociales y otra que nos diga qué hace por el planeta, por sus trabajadores, por el crecimiento sostenible, es suficiente.

Debemos intentar que todas las grandes empresas inviertan una parte de sus beneficios en mejorar el mundo y que luego expliquen en qué lo hacen. 

Si logramos diferenciar con trasparencia a las grandes empresas, entre las que cuidan a las personas y al Planeta de las que callan, a costa de saber nosotros elegir qué consumimos y de qué gran marca, habremos logrado un gran avance en mejorar nuestro entorno.
 
¿Conoces otras formas para lograr que este mundo sea algo mejor?