9.6.23

Camacho y el Proceso 1001 de 1972


Ayer nos recordaba Nueva Tribuna que el 24 de junio de 1972 fue detenida por la policía política de la dictadura la dirección de CC.OO. con Marcelino Camacho al frente.

El 20 de diciembre de 1973 se celebró el juicio y el 28 del mismo mes de diciembre se hacía pública la sentencia condenándose a los diez acusados a penas de entre 18 y 20 años de prisión por un delito de asociación ilícita. Rápido, ejemplar, durísimo, dictatorial, brutal contra unas personas que simplemente estaban defendiendo pacíficamente la dignidad de los trabajadores.

Efectivamente, lo hacían en el interior de una cruel Dictadura. No se nos olvida a (casi) nadie.

No era simplemente un juicio contra unos dirigentes obreros —no eran sindicales pues no existían los sindicatos horizontales en aquella España— era un juicio contra todos los trabajadores, para meterles miedo, para explicarles que en aquella España no se podía jugar a muerte contra los empresarios.

Enseguida surgieron muestras de solidaridad con todos los encausados en toda España, y lo primero era crear una pegatina simples, sencillas pues no había medios de ningún tipo, ni existían todavía imprentas clandestinas que no estuvieran "fichadas" y se optó por unos procedimientos muy rudimentarios para hacer en papel adhesivo de oficina las primeras pegatinas de apoya para recoger dineros para las familias.

En el mes de julio de 1970, una huelga de la construcción en Granada acabó con tres muertos (Antonio Huertas, 22 años, Cristóbal Ibáñez, 42 y Manuel Sánchez, 24) obreros granadinos. 

En diciembre del mismo año, en Eibar (Guipúzcoa) muere por disparos de la policía el joven obrero de 21 años Roberto Jáuregui. 

En septiembre de 1971, en una huelga de la construcción en Madrid muere asesinado Pedro Patiño, de 33 años. 

En octubre de 1971, una huelga en Seat con ocupación de la fábrica es reprimida duramente y fallece Antonio Ruíz Villalba (33 años). 

En marzo de 1972, la policía dispara contra una manifestación de obreros en huelga de los astilleros Bazán de Ferrol, son asesinados Daniel Niebla y Amador Rey, de 38 años. 

En abril de 1973, en la Térmica de San Adrián del Besós moriría Manuel Fernández Márquez, 27 años, por disparos de la Guardia Civil. 

La represión y los asesinatos fueron la respuesta a las múltiples huelgas, manifestaciones y protestas que la dictadura no sabía cómo detener.

La dictadura tenía que dar un ejemplo contundente contra las huelgas y encausó a los dirigentes obreros de aquellos años.

Rendirse nunca. Sonreír siempre


Ayer me reuní con un numeroso grupo de compañeros para analizar los resultados de las elecciones pasadas. Algo lógico y necesario, tanto si se gana como si se pierde. Incluso también si se empata. 

Sí, se puede empatar en unas Elecciones, pero que no se nos olvide que empatar es empezar a perder. 

El caso es que surgió lateralmente el tema de la frase de arriba. "En tiempos de crisis, hay que mantener la sonrisa, no quejarnos tanto, nunca llorar de ninguna de las muchas maneras en las que se puede llorar que son numerosas incluidas las provocadas, y mantener la sonrisa todo lo amplia que se pueda", para terminar convencidos de que no hay nada más revolucionaros que sonreír cuando lo que esperan "los otros" es que te pongas a llorar.

Pero no hay que confundir nunca el mantener la sonrisa con ser inoperantes, con esconderse detrás de la sonrisa, con esperar al siguiente examen, y eso también quedó muy claro en la charla entre amigos. 

No ganar no significa perder, y como de lo que se trata siempre, en todos los órdenes de la vida, es de ganar, la mejor manera de ganar es emprender y aprender desde el mismo momento de la pérdida. Sea del tipo que sea.

La teoría es muy sencilla, y lo sé. la práctica depende sobre todo de factores humanos a veces incomprensibles y si hay dudas les podemos preguntar a Podemos que de ser incomprensibles saben mucho.

Pero insisto en el principio. Sonreír, ponerse a trabajar duro, aprender, y tener la calma suficiente para saber que lo peor, lo que no tiene marcha atrás es rendirse. 

Julio Puente (Ajovín)