5.5.23

El Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza humaniza las relaciones


Este cartel lo lleva puesto el Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza desde hace un tiempo dentro de sus jornadas para humanizar las relaciones en la Sanidad, con normas básicas para facilitar y entender esas relaciones en la Sanidad, en momentos clave para las personas, cuando más débiles y con más incertidumbres nos sentimos todos.

Un decálogo para los pacientes, los familiares y los profesionales de la Sanidad. Una excelente iniciativa con 10 apartados muy básicos y que deberíamos cumplir todos, cada uno en su puesto de realción con la Sanidad.

 Identifícate con una sonrisa ante el paciente y familiares

 Asegura la mejor atención integral

 Acompaña a las personas, a los enfermos y pacientes

 Haz partícipe a los pacientes y familiares del momento

 Ayuda al bienestar del paciente

 Respetemos su información personal y confidencialidad

 Empatiza verbal y no verbal con el momento. Con los pacientes y con los profesionales

 Comunica de forma sencilla

 Educa a familiares y pacientes en hábitos de vida

 Cuidemos entre todos a los profesionales y trabajadores de la Sanidad

¿Morirías por los colores? ¿Matarías por las telas de colores?


¿Morirías por los colores?

¿Matarías por las telas de colores?

Yo intento entenderlo, pero me cuesta.

Morir o matar es diferente. Muy diferente. Morir es más posible de aceptar.

Pero no sé…, ¿matar?

¿Cuántos colores han tenido las banderas de tu país a lo largo de la historia?

¿Cuántas fronteras has cruzado en tu vida?

¿Has notado mucha diferencia?

La primera vez que estuve en una República yo venía de una Dictadura. Puede llamar a engaño estas palabras. Lo sé. Luego he visitado alguna otra dictadura, países democráticos, otras repúblicas, incluso estuve en los EEUU cuando mandaba Trump, y he tenido la suerte de pasearme con tiempo y calma por ciudades del Este de Europa, o luego con la unificación he comprobado los distintos barrios de Berlín para entender algo de todo esto. He visitado Bosnia y Croacia para ver sus ruinas e incluso he visto la diferencia de la cercana Eslovenia. No depende de las pieles de las telas que colgamos al aire, ni de los colores. Depende de las personas, de sus ganas por creer en sí mismo y en su propia sociedad. Cuando visitas Suiza te das cuenta de que las divisiones de un país no los trocean ni los debilitan. Algo similar he observado en Bélgica o en Países Bajos. Dependen, deben depender, de la cabezonería en mantener discursos de enfrentamiento. Visitando varias ciudades de suiza de diferentes cantones (tienen 26 diferentes con leyes distintas y banderas de diferentes colores) observas que la felicidad social no tiene nada que ver con que en cada calle haya mucha banderas de cada Cantón para diferenciarse, sino del uso que de sus libertades hacen las personas y sus dirigentes. Se puede ser ricos con muchas banderas y pobres con una única bandera.