3.5.23

¿Podemos crear vida si tenemos el ADN?

Ya sabemos que el futuro que viene son las técnicas de uso del ADN para fabricar (lo digo bien, creo) fabricar lo que nos plaza, lo que vayamos necesitando. Es cuestión de siglos. O solo de décadas.

Hoy nos avisan de que de un colgante prehistórico hecho con el diente de un ciervo, utilizado y tallado por unos ancestros búlgaros y rusos hace unos 25.000 años, se ha podido extraer el ADN por métodos de lavado de la pieza con productos como el fosfato sódico que no destruye ni el ADN ni el objeto.

No saben si el sudor de la mujer que portaba el adorno, o al ser tocado con las manos o con la boca, pero el caso es que dejó impregnado de su ADN dicho adorno.

Crear vida a partir del ADN antiguo todavía es un proyecto de ciencia ficción, o eso creemos, pero vamos en el buen camino. O en el malo. Ya sabemos que con pocas células de dos hombres se puede crear vida, avanzamos en las opciones de modificar ADN como si fuera una contabilidad de letras y números. Crear ADN artificial a base de tener los datos.

Lo de la Inteligencia Artificial puede ser una broma comparado con la opción de poder fabricar vida de manera artificial, y no, lo grave no sería crear seres humanos, lo tremendo sería poder crear seres NO humanos pero que funcionaran como nosotros como sociedad necesitáramos. 

No solo es cuestión de imaginación, sino sobre todo de control. Empezamos con bacterias, con bichos, y terminaremos con…

Ajovín


También en política se puede ser ridículo


El esperpento sucedido ayer en Madrid, impidiendo a un ministro de España estar en un desfile en la Fiesta del Dos de Mayo en Madrid, es todo un ejemplo de lo imbéciles que podemos ser en la política, y lo peligrosos que son algunos con sus gestos y sus faltas de respeto, capaces de hacer el ridículo con una tontería pero que demuestran no tener medida ante nada.

Las imágenes han dado la vuelta al mundo, demostrando que somos incapaces de entendernos, y de que estamos jugando a la crispación con la sociedad.

Vamos a jugar a odiarnos, que algo queda.

Ayer media España estaba con Ayuso y media España con Bolaños. Solo nos faltaba que nos dieran armas para explicar nuestras razones, las de unos y las de otros.

Alguien debe parar la pelota en mitad del campo de juego, pedir tiempo libre, irse a la caseta todos los jugadores y poner una nueva clase de políticos… y es posible que en eso estemos los españoles. 

Desgraciadamente para mis ideas, yo sí sé quien tiene cada vez más opciones. Por cierto, somos muchos los que sabemos de qué manera se debería haber resuelto esto, ayer mismo, por la tarde noche. 

Quedar en ridículo es el mayor de los ridículos y la muestra más clara de pérdida de poder.