4.2.23

Los documentales de La 2


He estado viendo en La 2 un programa de naturaleza que se llama "El señor de los bosques", en concreto el episodio sobre El Alto de Malagón cerca de Madrid, una zona a unos 1.500 metros de altitud en donde crees que estás en la selva mediterránea, en la naturaleza más escondida que te puedes imaginar. 

Uno se pregunta el motivo por el que este tipo de programas lo vean o lo veamos muy pocas personas, mientras que cualquier otro en el que nos dicen las bobadas de famosetes con sus cuernos o sus familias logran millones de espectadores.

Perder la oportunidad de viajar desde tu hogar, en una televisión grande como la que muchos ya tenemos en casa, con una fotografía muy cuidada, es de analizar. Hay que salir al campo, al bosque, sin duda, pero también desde la comodidad se puede aprender, se disfruta viajando sin movernos.

Y a eso hay que añadirle que hay muchas personas que por edad o por economías no peuden desplazarse a ciertos bosques repartidos por el mundo, o a ver muy diversos animales, fábricas, espacios culturales, zonas del planeta que nos resultan imposibles.

Pero seguimos apostando por los hígados de los tontos, repetidos para verlos desde todos los lados, con las mismas balbuceantes explicaciones de cuernos, gaitas y boberías. 

Efectivamente, es posible que estamos tontos.

Humor de 1934. Revista para adultos, pero casi infantil


El humor sí cambia con los años, pues esa parte ácida que lleva dentro el humor público, en viñetas u hoy en formatos digitales, está muy afectado por las censuras. En el año 1934 que es desde donde viene esta viñeta de arriba en una revista para todas las edades, el humor era muy blanco en las revistas generalistas, para no ofender nunca a nadie. Y sí, quedaba excesivamente ñono, blando e infantil. La viñeta original era en blanco y negro y se publicó en la revista Gutierrez.