18.12.22

Los españoles nos estamos perdiendo el respeto. Cuidado, que no es broma


El nivel de violencia social de los españoles es muy alto, está aumentando tras la pandemia a unos espacios incluso hasta ahora respetados dentro de las máximas instituciones del Estado, violencia verbal que ya raya la falta de respeto de cualquiera contra cualquiera en el calle a calle, creándose grupos mentales de enemigos verbales entre personas o familiares que hasta no hace mucho se consideraban amigos.

¿Para qué estos grados de violencia?

Para nada, pues no sirve de nada, no mueve realidades, excepto en espacios negativos. 

Ahora hay familias discutidas o amigos que ya no se llaman o no quedan, pues no saben de qué hablar sin discutir. Y todo sin saber realmente qué está sucediendo, quien maneja los hilos y las provocaciones.

O somos capaces de parar esta debacle social en España o nos convertiremos en países peligrosos que también hablan castellano, y no quiero señalar con el dedo. Cuidado con perdernos el respeto.

10.12.22

Cuba hoy. ¿Mejor o peor sin Fidel Castro?


Hablaba ayer —diciembre 2022— con un religioso español que ha estado más de una década viviendo y trabajando en Cuba, no en capitales grandes sino en pueblos medianos, de la actual situación de esa Cuba querida por mi aunque nunca visitada, pues mi abuela llegó de niña a la Cuba de la Guerra con los americanos, para eso su padre, mi bisabuelo, era militar.

La primera pregunta fue directa.

—¿Se vive hoy mejor hoy en Cuba que con Fidel Castro?

Y la respuesta fue triste.

—Se vive peor.

A partir de ese punto seguimos hablando de la economía cubana, de su sistema productivo, tanto industrial como del campo o del turismo. De sus debilidades para conformar empresas que sean capaces de sacar réditos añadidos a sus productos agrarios o ganaderos con empresas de transformación, de las dificultades de la moneda hoy tan fluctuante que ya casi no es ni moneda, de la Sanidad que no se puede adaptar a las nuevas tecnologías por falta de medios y que observa como van escapando los mejores alumnos, del militarismo de una Cuba que no remonta sino al revés, que pierde atractivo para las empresas extranjeras, etc.

Ya en los últimos años de Fidel Castro era un poco más sencillo para ellos, los religiosos, trabajar en escuelas rurales, y eso casi se ha mantenido. Pero el resto de posibilidades para los propios cubanos han decaído y eso hace que la marcha de muchos de ellos sean una constante que con números propios de emigración es muy preocupante.

Cuba y sus gentes se merecen un gran cambio, lento para ser asimilado pero muy decidido en abrirse al siglo XXI y a las nuevas economías. No se puede estar pendientes de los regalos de Vietnam o incluso de los EEUU aunque esto suene a imposible. También a los EEUU les interesa una Cuba pacífica y no tan pobre.