22.4.22

¿Qué es ser de derechas o de izquierdas en el siglo XXI?


La pregunta del enunciado no tiene una respuesta clara, y precisamente en la duda está la respuesta. ¿Qué es ser de derechas o de izquierdas en el siglo XXI? Pues posiblemente no lo sepamos todavía, pero si intuimos ya que ni todos de los que hoy se consideran de derechas son conservadores y ellos no lo saben, ni todos los que nos creemos de izquierdas somos/son progresistas y lo ocultamos o no lo sabemos.

Desde la sociedad en general deberíamos —qué pereza— empezar o continuar a pensar que casi todo es relativo, que los compartimentos cerrados están ya superados, y que los cambios sociales no los realizan ni los de izquierdas ni los de derechas, sino los que estando en medio, se mueven de espacio levemente y cambian sus formas y modos.

Y no solo votando se cambia el contrapeso, aunque sea la manera más rápida y sencilla.

Pero además creo que ya está superado el marco de Derechas, Izquierdas, Progresistas, Conservadores, Centro, etc. Ya no sirve ni para indicar, enmarcar, señalar o explicar. 

Por desgracia nos hemos vuelto todos muchos más encerrados en nosotros mismos. Y además creo que todos también nos hemos vuelto más miedicas, más conservadores de lo poco que tenemos, incluso mas críticos con todo pero sin aportar casi nada.

Si la sociedad se vuelve en general algo más miedosa de las situaciones, eso mueve todas las ideologías un poco o un mucho. Y todo lo establecido se mueve. Y todas las decisiones se mueven.

Admitimos mejor los errores, las torpezas, los abusos, los robos o los delitos si estos vienen de gentes ajenas al poder activo, pasivo o en perspectiva. 

No le perdonamos a un alcalde que se gaste 4 euros en gomina, pero admitimos o intentamos entender que se ganan 24 millones en una negociación.

No perdonamos que alguien tenga para sus hijos juegos de Montessori que compra de su bolsillo, pero admitimos bien que por un error de gestión se tengan que perder millones a la basura o se pague de más por un contrato mal hecho.

Odiamos por el marco mental de lo que representan a los que odiamos. 

Si somos del Sevilla odiamos al Betis, si somos de Telecinco odiamos a Antena3. Y todo eso no tiene nada que ver con las ideologías, pero todas ellas antes, para amarlas o conocerlas, hay que leerlas. 

Para ser de verdad de derechas o de izquierdas, se debería leer media docena de libros como poco. Serlo por impulsos es claramente una torpeza que pagamos caro. 




De la capacidad y responsabilidad exigidas a los gestores


Se le inquiere al Presidente de la Federación Española de Fútbol en preguntas de rueda de prensa relacionadas con el conflicto de interés, pues administración pública no preside pero sí privada con interés general como los SP de los taxis y recibe subvenciones, de que Piqué y su empresa comisionen cuando juega en una desviación de evento de interés general a Arabia Saudí, por su alto sueldo donde caben comisiones, varias veces superior al del Presidente del Gobierno o de Aragón, y responde que esa no es su liga. Que la suya es comparar su nómina y complementos con las de Tebas o los CEO de equipos de fútbol.

Entonces, cuáles son las ligas de Sánchez o Lambán cuando llegan a autorizar proyectos de interés general o autonómico de miles de millones de euros o coordinan y resuelven los recursos de alzada interpuestos contra ese interesado.

Cuál es el interés personal, vanidades aparte que también (que te palmeen la espalda los que te despreciaron de joven) de gobernar un Ayuntamiento, Comunidad o Estado con una deuda disparada, sin poder reclasificar por interés particular a la carta entendido como general, y hay lista de espera para presentarse, presión para saturar esas listas cerradas-cremallera (zagal-zagala y poco viceversa de las profetisas de la igualdad que dizque intentaron oponerse a los partidos a los que no asisten chicas en Riyad).

Parecían terminados los tiempos en que se remaba a favor y Urdangarín abría solo las puertas.

Parece que el presunto interés técnico de estar en la cola de hacer “nueva política” sea el de la comisión por refinanciar deuda, vivir alguna pandemia o riada o barbaridad variada para contratar por emergencia con el duque que pase a ofertar contratos milagrosos, el interés de vivir y disfrutar de las adjudicaciones de las subastas de energías renovables… Quien sea ya escribirá por ti que ello tiene interés manifiesto y total y que no hay más remedio que ir en línea recta, esa que cualquiera haría y entiende… Vamos, la comisión que se paga o la obra que se contrata en tu propia casa…

El simple interés menor pero nunca despreciable de una pequeña mamandurria respecto de la que como cargo o carga polítiques no te piden mérito ni capacidad en este momento de híper especialización.

En que se debe estar en cualquier brecha de dominio de seis plataformas distintas de relación con la administración por cualquier gestoría itinerante o fija rural, sumada a la complejidad de relacionarse con el catastro, el Registro de la Propiedad, los notarios y los formularios PAC, estos con Europa. Además de saber pedir, gastar y justificar esos fondos para la salida de la crisis, que no contaban con la invasión de Ucrania, de resiliencia.

Así que los programadores a la francesa están en crisis; la intervención previa de los gastos, fondos de buitres reservados a parte, en cuestión… Pero siempre fue así, dado que los caudales públicos se manejan desde los informes de servicio de que un gasto es necesario por concejales, consejeros o ministros a los que no se pide que sean expertos a un nivel como en Francia donde todo medio y alto político pasa por la École de Administration Publique.

Y las resoluciones de subvenciones se hallan llenas de proyectos que solo justifican las obras, museos que nunca abren, piscinas que no se llenan pero tiene el pueblo de enfrente… Como dice un columnista de esta sección, es cortoplacismo y precisamente ello salva la motivación…

Aquí somos tan demócratas que los políticos tras ser elegidos hacen cursetes de formación después, de esos a los que los ciudadanos para que les cuente en las oposiciones que convocan los mismos les exigen que se certifique el aprovechamiento.

Uno ya no sabe en qué liga está ni Juan Carlos Borbón, ni Rubiales ni un concejal o consejero comarcal con dedicación total o parcial para justificar lo que cobran.

Porque, es la clave, es que el sistema no les exige capacidad pero sí buen gobierno… Ya me diréis cómo se comen las dos cosas a la vez… Lo de la transparencia vamos a dejarlo hasta que no se lean irregularmente esos mensajes en que se les entiende perfectamente…

Legal es, pero leyendo el novelón “M” sobre la llegada al poder a partir de la marcha de Roma del fascismo italiano, los intentos previos de acuerdos a cambio de ministerios de los liberales y ala moderada socialista con ellos y determinado comunismo revisionista, la financiación de Pirelli y Agnelli Fiat –esta familia tenía alias- que hacía que las centurias llevaran polainas como el Duce, impecables camisas negras y ya coches para movilizarse, en que el fascismo intenta huir de que se le considere un aliado de la burguesía del tanto por ciento, se advierte que las crisis de legitimidad democrática siempre son las mismas.

Que los intelectuales como Benedetto Croce, D’Anunzio, Azaña o Ortega y Gasset –del que malvadamente se decía que eran dos- al final se desmarcan por falta de belleza de la ponzoña.

Que fascistas y comunistas italianos llamaban al alimón a Roma “la gran cloaca” y después Fellini y hace diez años el inquietante Paolo Sorrentino no han hecho sino ratificar que la mierda no huele porque siempre está siendo revuelta.

Dale a la dolce vita Piqué, pariente administrativo en total legalidad del hijo del Duque de Feria, como de los demás prestatarios de servicios por urgencia y emergencia que habéis anticipado la inflación que es muy fácil colgarle solo a Putin. Que corra el dinero en día de cierzo de molino.

Quedaros con la llave de vuestro castillo interior, como decía el enorme escritor francés de origen bilbilitano Michel de Montaigne –alias de Miguel Eyquem López de Villanueva-, que hace trilogía con Marcial y Baltasar Gracián

Aún con todo, Rubiales, te intentarán quitar la llave por exhibicionista, ahora no digas que no tenían copia.

21.04 Luis Iribarren