14.3.22

¿Cómo afecta la inflación a los ahorros? El ejemplo de 1973


En 1973 una concatenación de malas decisiones económicas y políticas en el mundo nos llevó a todos a un desfase brutal de la inflación que sacudió el mundo y que costó mucho controlar, teniendo que adoptar algunos cambios de transformaron el mundo económico y social a partir de ellos. 

La OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) decidieron dejar de vender petróleo a los países occidentales por apoyar a Israel en la guerra entre árabes e israelitas que se inició el 6 de octubre de 1973. 

La falta de oferta del petroleo hizo subir los precios brutalmente, y lo que era una energía barata se convirtió en un modelo inasumible para todos los países occidentales que dependían de una energía muy barata. algo similar a lo que está sucediendo en este 2021 y 2022. 

En ese momento las primeras decisiones que se tomaron fueron las de por una parte rebajar el consumo de energía barata, el cambio de coches de alto consumo por coches de muy bajo consumo de gasolina (desaparecieron los grandes coches americanos) y los Bancos Centrales se pusieron a imprimir dinero para poder subvencionar la tremenda y ya inevitable subida brutal de la inflación. 

Por ejemplo en aquellos años se decidió hacer el cambio de hora entre verano e invierno, para consumir menos energía. El desempleo aumentó brutalmente pues muchas empresas no podían soportar la subida de la energía, y la recesión se apoderó de países y de sectores estratégicos. 

Hay que recordar que en aquellos años el barril de petróleo estaba en algo menos de 3 euros y en poco tiempo paso a los 12 euros. A principios de los 80 el barril estaba ya en casi 40 euros, y ahora hay veces que alcanza los 100 dólares. En este marzo de 2022 con el inicio de la Guerra contra Ucrania ha llegado a los 128 dólares.

Algunos países optaron —como solución— por la construcción de plantas de energía nuclear, o por el aumento de la rentabilidad del carbón o de la madera como métodos de energía admisible, aunque luego se ha demostrado que lo estamos pagando todavía en el aumento de la contaminación.

Aquellas decisiones de la OPEP duraron 6 meses, pero los cambios siguen durando hoy, sabemos qué sucedió, y que se tardaron muchos años en volver a la estabilidad anterior. Las malas decisiones mundiales afectaron mucho más a unos países que a otros, la inflación en economías débiles fue brutal y duró más de una década.

En España la inflación en el año 1972 fue de un 8,27%, pasando en el año 1973 a un 11,37% y en 1974 a un 15,66%. En 1975% era ya de un 17,02%, en 1976 de un 17,56%, en 1977 de un 24,44%, en 1978 de un 19,98%, en 1979 de un 15,68%, en 1980 de un 15,59%, en 1981 de un 14,56%. Eso supone para los ahorros una pérdida brutal, que hasta finales de los años 80 no se pudo controlar. Casi dos décadas con un dinero que cada año valía mucho menos.

Quien tenía bastante dinero no lo podía dejar quieto, le sacaba rentabilidad como fuera para no perderlo, y eso suponía también una separación clara entre quien tenía ahorros y los ponía a trabajar para él y quien no los tenía o los dejaba quieto hasta casi perderlos. Ambos grupos de sociedad que en 1970 partían de similares posiciones económicas, se había separado mucho en dos décadas, sin producir nada para la sociedad, simplemente a veces comprando viviendas, locales, o jugando en Bolsa, acciones o en Plazos Fijos que evitaran la pérdida por la inflación. O creando pequeños comercios que sirvieran para no dejar el dinero quieto. 

Imaginemos 1.000 pesetas o euros de 1972 que los tenemos sin sacarles rentabilidad ninguna, al aire de soportar la inflación. En un cajón o en un banco sin rentabilidad. Aquellas 1.000 pesetas (o 1.000 euros) se habían convertido 10 años después en 203 pesetas o 203 euros. Ese es el gran problema de la inflación si no se sabe controlar.

¿Puede suceder algo similar en este 2022? Pues por si acaso, estemos preparados y analicemos las opciones actuales para defendernos.


De Ucrania vemos en directo… lo que nos quieren enseñar


Hoy desde El País, Kiko Llaneras nos da unas pinceladas muy ciertas del inicio de la Guerra en Ucrania. Es cierto que la realidad de la tecnología actual nos permite ver el instante al instante, saber todo. Pero también es cierto que ese "todo" lo controlan los que tienen más poder para controlarlo. Lo sabemos todos, incluidos los que pueden manipular la opinión, que todo llega al instante.

Por ejemplo es muy poco lo que sabemos de Rusia en estas semanas. No vemos nada de Rusia, excepto algunos golpes suaves, pero nada más. No hay periodistas que nos ofrezcan ese punto de vista. Por diversos motivos.

Tampoco tenemos casi imágenes del frente de batalla, de los frentes de guerra. En cambio sí vemos con excesiva profundidad los daños en la sociedad civil, en las ciudades, en las calles, en los barrios de las grandes ciudades.

Incluso vemos con todo detalle los inicios de las mesas de diálogo, de las muchas reuniones de políticos, como si eso fuera a ser lo que pasará a la historia. Excepto que a uno de los negociadores lo han fusilado (previsiblemente) por ser espía de la otra "parte". Y seguro, que excepto también de las numerosas reuniones y contactos que se tienen sin que lo sepamos en la sociedad.

No es culpa de los periodistas, o al menos no es culpa solo de ellos. Las guerras destruyen las verdades y es imposible estar fuera de uno de los dos bandos. Vemos todo en el acto, pero no todo lo que vemos es verdad, y sobre todo no se nos muestra toda la verdad.

Habrá que esperar meses, incluso tal vez años, para saber qué está sucediendo, qué movimientos reales de países, de ventas y comprar, de militares, de asesores, de soldados de alquiles se están produciendo de verdad entre todo ese mapa que no siempre entendemos en su profunda complejidad.