9.3.22

¿Y qué podemos hacer si ya no tenemos yodo? ¡Uff!

Primero fue el aceite de girasol a finales de la semana pasada, luego vinieron enseguida el papel de wc, las legumbres en botes de cristal, incluso las bombonas de butano. Ahora escucho que están aumentando en España (hablo siempre de España) del agotamiento en algunas farmacias del yodo, y del crecimiento de empresas que se dedican a construir búnker. ¿Estamos tontos?

Lo del yodo es demencial, no sirve de casi nada, es peor con sus efectos secundarios, para lo poco que podría resolver si nos cayera una bomba atómica encima. Los miedos del aceite, siendo posible que nos falte, se resolverá con otros aceites. Peor puede ser la falta de piensos para las granjas. 

¿Compramos corderos enteros y los congelamos?

¿Y si se nos va la electricidad por una bomba atómica y no tenemos yodo para sobrevivir y para comernos el cordero frito con aceite?

Puede suceder de todo, pero lo más grave, de momento, es tener miedo, y lo peor si al final sucede lo que nadie queremos ni nombrar, no será la falta de aceite, ni de papel de wc, sino nuestras calles hechas mierda y puré. 

Así que de momento, tranquilos todos, y a seguir viendo los menos Telediarios posibles, que también tienen efectos secundarios y que estos no se curan con yodo.

Sí, la imagen es de Zaragoza, de finales de la semana pasada. Somos torpes hasta para comprar. Hace poco meses ese aceite estaba en el Día a 0,99 euros la botella.


Nuestro hogar o nación no es perfecta, pero es nuestro hogar


Seamos sinceros, nuestro hogar no es perfecto, lo admitimos, lo asumimos, sabemos que podría mejorar mucho, que nos gustaría que tuviera otros componentes, otras calidades, pero… es nuestro hogar.

Si cada uno de nosotros no defendemos nuestro propio hogar, nuestra cueva, nuestra vivienda, nuestro barrio, nuestra ciudad… ¿quién lo va a hacer por nosotros?

Tenemos la obligación egoísta de defender lo que tenemos, lo que está cerca de nosotros, lo que depende de nosotros. Pero no solo lo más cercano, no solo nuestra habitación, sino en conjunto con los que nos rodean, todo lo que utilizamos.

Nuestros parques, nuestras calles, nuestro sistema de convivencia en nuestra Nación, nuestra Cultura, nuestra forma de vida y nuestra economía global. 

Puede que no nos gusten muchas cosas, sabemos que no es perfecto, pero lo que tenemos que hacer es trabajar por mejorarlo, no estar siempre quejándonos y metiendo la cabeza debajo de la tierra.