1.2.22

Pandemia (37) ¿Mascarillas en exteriores?

La realidad es tozuda y los profesionales de la Salud están algo divididos, siendo amplia mayoría —de entre los contactados por mi con capacidad de investigación— los que opinan que las mascarillas en exteriores no son ahora necesarias. Pero desde el poder se insiste, posiblemente para demostrar que estamos todavía en pandemia y que aunque esto no sirva de casi nada, debemos estar prevenidos. Es decir, nos quieren seguir tratando como a niños de pecho.

La auto responsabilidad la hemos perdido hace décadas y no parece que deseemos recuperarla.

No tiene ningún sentido que llevemos mascarilla en exteriores con infinidad de metros cúbicos de aire en movimiento, aunque nos podamos cruzar con algunas personas que contagie durante décimas de segundo o durante segundos, y en cambio poder estar dentro de un local como un bar sin mascarilla durante muchos minutos. 

Incluso podemos estar en un tren o teatro durante horas con mascarilla pero respirando el aire de su interior, y no podemos estar sin mascarilla en un parque o en una amplia avenida.

Las decisiones tomadas durante estos dos años han sido débiles, contradictorias, sin rumbo en muchos casos, y el virus siempre ha demostrado ser más capaz que los humanos para moverse descontrolado por donde le viene en gana. 

No solo a nivel de España o Aragón, hay que reconocerlo.

Son muchas más las decisiones tomadas que no han servido para mitigar la enfermedad que las realmente eficientes. De hecho dos años después de los primeros contagios en España, seguimos sin saber por qué suben o bajan los contagios de forma suave o brutal, o porque suben más en el Noreste de España en relación al Sudoeste. 

Tampoco sabemos porqué afecta más a los hombres que a la mujeres la enfermedad, pero en cambio en su forma grave parece nivelarse estos números o se afianzan sobre las mujeres. 

Tampoco tenemos claro el motivo por el que durante 18 meses no afectó a los niños y los seis meses siguientes afectó más a los niños. Sí, de acuerdo, no estaban vacunados y es una variante nueva, pero… ¿sólo es por eso?

No soy negacionista de nada, tengo mis tres vacunas bien puestas más la vacuna de la gripe estacional. Voy por la calle con mi mascarilla incluso en Barcelona en donde el 30% no la lleva puesta. 

Pero siempre he insistido que con esta pandemia había que tener mucho cuidado con las medidas pues no solo estábamos tratando a un virus COVID sino también a una serie de enfermedades sociales de complicada solución a poco que esto se alargara en el tiempo.

Julio Puente Mateo - Miembro del Consejo de Salud de Aragón

¿Podría suceder en España lo mismo que en Portugal?


Lo sucedido en Portugal esta semana con la victoria de António Costa podría servir perfectamente de ejemplo de lo que podría suceder en España. No es comparable ni las sociedades ni las historias aunque estamos tan cerca, cada uno caminamos a nuestro ritmo, pero los marcos políticos sí se parecen.

Un gobierno que apurado porque sus socios minoritarios le presiones mucho, convoca una Elecciones Generales anticipadas, y gana el Gobierno y pierden los que habían presionado. Unos sondeos de intención de voto que fracasan. Una extrema derecha que le va robando espacio a la derecha tradicional. 

Hay oficios complicados que viven del aire, como es de analista político, los que a veces nos dedicamos a entender algo de la sociedad, pues dependemos de tantos factores escondidos que es muy complicado acertar con las reacciones de las personas. Dependen del momento y de decisiones a veces pequeñas que no sabemos valorar.

Pero también debemos valorar a las personas que lideran los proyectos y eso no siempre lo hacemos. ¿Votamos a favor de una idea, de un candidato, de una personalidad? ¿O votamos en contra de todo eso pero al contrario?

El candidato perdedor no es una persona con gran carisma y eso importa y mucho. Se acabaron las grandes ideas, incluso las grandes ideologías. Ahora es posible que se vote otra vez a quien parezca capaz de manejar las situaciones. En tiempos de miedos, dejar todo como esta podría ser una buena opción. Aunque no sea una opción deseada en otros momentos.

También hay que analizar siempre el tipo de planteamientos de las campañas electorales. A quien afectan las medidas que se dicen, qué capacidad se tiene de convertirlas en realidad sean desde el punto de vista positivo o negativo, y tal vez qué capacidad de engañar y mentir están dispuestos a soportar los electores.

Los perdedores han sido los provocadores de las Elecciones, y los que no saben elegir bien a sus líderes. Analizar el perfil personal de los que ganan es un buen dato de comienzo, pero yo añadiría también el factor de experiencia, de edad incluso, de capacidad para comunicar con un amplio espectro de ciudadanos, y de no ser prepotente. Por eso no son estrapolables a España los datos de Portugal.