1.10.21

Sobre banderas, cortinas, oscuridad y amores violentos


El humor bien hecho es siempre una ocasión maravillosa para describir las verdades. Flavita Banana nos pone contra las cortinas cuando habla de banderas, de esas que sirven para matar y morir. En serio, gente lectora, cuando se viaja mucho y se ven decenas de países con banderas diferentes, excepto por el color del trapo, casi todo lo demás es muy parecido en las calles o en el trato con las personas. Sea Marruecos, Croacia, Reino Unido, Portugal, Suiza, Alemania, Países Bajos, Bosnia o los EEUU por poner algunos ejemplos. 

Es verdad que la importancia que se le da a la bandera cambia entre países, incluso cambia mucho. Pero lo notas en el respeto que le tiene TODA la sociedad en conjunto. No he visto que la quieran utilizar unos pocos en contra de otros pocos, y así lograr que no sea de todos. 

Creemos amar tanto a algunas banderas, que las queremos para nosotros solos. Y eso, si se lleva en el ADN siempre lleva a la violencia.

La crispación en España es muy necesaria para los poderosos

La historia de España hasta el advenimiento de la Segunda República es la historia de un pueblo que nunca tuvo opción a intervenir en la política del Estado, secuestrada secularmente por clases y castas que actuaban al margen del interés colectivo, ajenas a este y dedicadas en exclusiva a conservar estructuras sociales que en otros países de Europa, se habían superado muchos años antes. La alianza tradicional de la Corona, el Altar y el Sable habían dominado durante duramente el desarrollo histórico del Estado, atrincherada tras la muralla rocosa de los Pirineos.


Este texto suena a texto histórico y creíble, y lo es totalmente, no hay más que repasar nuestra Historia de España, la haya escrito quien haya querido. Siempre se dice que los españoles somos raros de cojones, poco obedientes, diferentes y que solo sabemos funcionar con el palo y la zanahoria. MENTIRAS.

Las primeras líneas son el prólogo de un libro de Santiago Carrillo para su libro “La crispación en España” escrito en el año 2008 para Editorial Planeta. Seguimos igual, simplemente porque los que mandan, es decir, los que quieren mandar y que ahora ya saben utilizar la democracia para jugar con ella y con nosotros, han entendido de siempre que mantener la CRISPACIÓN es una buena herramienta para dominar a la sociedad.

Acostumbrados a ello, lo habitual es que nos cansemos, que llegue la desafección social y con ello el abandono de los críticos simplemente por ser minoría y estar cansados. Todo este juego está perfectamente planificado, incluso los que lo conocemos participamos de él, abandonando agotados de que se nos señale como tontos útiles, como ladrones, como corruptos e incluso como buenitas inútiles. Encantado de haber abandonado.

Por cierto, sí, Santiago Carrillo era comunista e incluso creo que tenía rabo, pero ese nunca se lo ví, lo otro, lo del comunismo lo entendí cuando lo recambio por EuroComunismo.