31.8.21

¿Y si el truco es lograr acostumbrarse a vivir siempre en crisis?


Este titular parece actual y a su vez parece repetitivo aunque ya tenga 48 años, es un poco como el Día de la Marmota, una constante repetición de lo mismos tiempos siempre, como si se crearan las Crisis para convencernos de que estamos en crisis. De que mientras para algunos de nosotros las crisis nos producen miedo, temores y pobrezas, a otros les producen la seguridad de que son beneficiosas y por ello las modulan, las crean y las alimentan.

Decía el entonces Presidente del Banco de España (hoy solo es Gobernador) que no estábamos acostumbrando en el año 1973 a vivir en constante crisis económica. ¿Y si fuera verdad? ¿Y si lo realmente interesante para "ellos" es que nos fuéramos acostumbrando en paz y suavemente, a vivir siempre en miedos, desempleos, controles económicos, crisis fabricadas para dominar?

Los violentos nunca saben que son violentos


Normalmente los violentos nunca saben que son violentos. Los violentos verbales o los violentos psicológicos todavía menos. No se nos ha enseñado bien (sobre todo a los mayores de 40 años) qué es realmente la violencia y sus distintas manifestaciones y eso hace que confundamos la violencia con la dureza de trato, con la imposición, con el mandar, con el gobernar los problemas. Pueden ser todo ello violencias de distinto grado, pero no somos capaces de diferenciar en qué punto se convierte en violencia lo que muchas personas creen que es simplemente mandar, gestionar, gobernar una situación.

Todo lo que tú no quieres que te hagan a ti, es violencia.

Todo lo que se hace desde una superioridad sin razón, sin razones y/o empleando no las explicaciones sino las imposiciones y las órdenes sin motivos contundentes, es violencia. Puede ser simple o compuesta, de baja intensidad o insufrible. Pero entre humanos deberíamos utilizar los razonamientos y no las violencias.

Mandar no es nada sencillo, por eso los que somos tontos utilizamos a veces la violencia para simplificar la acción de gobernar una situación. Y en realidad no gobernamos nada que no sean los miedos y temores, es decir, las incapacidades de lograr de la otra persona algo positivo.

Los gestos, las palabras, las amenazas, los castigos, la superioridad mal practicada y sobre excitada es violencia. En el seno de la empresa, de la familia, de las relaciones, de las amistades o en la calle.