2.5.21

En Mongolia también hay disparidad de posibilidades


En un programa del canal Viajar de televisión veía un reportaje sobre Mongolia, donde un motorista español llegaba a una pequeña localidad con un hotelito y dos tiendas a pasar la noche. Todo parecía de los años 50 pero no sabemos bien de qué siglo. Paredes descorchadas excepto en las zonas preparadas para un pequeño turismo, calles sin asfalto y solo tierra, e incluso un hotel sin restaurante y una localidad en donde era imposible comer nada si no te lo querían servir algún vecino despistado que no te entendía o el propio hotel que no tenía cocina abierta aunque sí comedor grande. 

Un puré de harina, arroz o patata con algo de carne picada fue la cena hecha por favor, junto a agua y unas manzanas. Pero hay dos detalles que quiero resaltar. 

No había WC en el hotel ni en las habitaciones, sino en la parte trasera del edificio, donde habían realizado un agujero en el suelo y a donde a modo de pozo negro iban los desaguisados personales.

Y si el WC era un servicio casi escondido, el intentar ducharse era casi prohibitivo. Tuvo que andar un kilómetro hasta unas escuelas para que le dejaran entrar en unas pequeñas habitaciones que esas sí, eran duchas de agua caliente. Los habitantes se lavaban, se mojaban y limpiaban con trapos, pero si no iban al río… no se duchaban.

Podríamos decir que es algo lógico si en la localidad no hay agua corriente, algo también habitual en algunas otras localidades pequeñas de por ejemplo el cercano Marruecos. O en los años 60 del siglo pasado en algunas localidades de Soria, por poner otro ejemplo.

Pero lo más curioso es que sí tenían teléfono móvil aunque sin cobertura buena, sí tenían karaoke en un local municipal o similar, tenían algunas televisiones planas y gasolinera. 

Las tecnologías sí habían llegado, pero las comodidades para las personas no. Tenían lo que les vendemos los vendedores de sueños, no las necesidades básicas. 

Incluso en Mongolia, unos dominan y otros se tienen que dejar dominar y manipular. Agua corriente no, pero karaoke sí. 

Si nos dejemos llevar por lo que nos quieren vender los que fabrican, por el "mercado" que también domina Mongolia, no nos dejarán cagar ni ducharnos, pero tendremos la tecnología más puntera. Ver para copiar y aprender.

Ya se puede entrar en La Romareda. Pero en Jaca con armas largas


Una muestra de lo escasos de recursos que somos con la pandemia se ha dado hoy en el campo de fútbol de la Romareda de Zaragoza. Tras 14 meses sin poder entrar nadie al campo de fútbol como espectadores, han entrado 500 socios a ver un partido de Tercera División. Parece absurdo que con lógica se pueda entrar al Teatro Principal de Zaragoza a ver obras de teatro durante 2 horas, pero no se pueda entrar a ver el fútbol que es tremendamente más grande, al aire libre y sin techo, con una capacidad de unas 30 veces más.

Lo digo desde el más absoluto neutralismo pues yo he estado una sola vez en mi vida en la Romareda. Y muchísima veces en el Teatro Principal. Pero la incapacidad de gestión se nota en tantos frentes absurdos que uno queda asustado.

Hoy mismo he visto en unos controles de acceso a la ciudad de Jaca que está confinada, a la policía con subfusiles o al menos con armas largas. ¿Piensan disparar contra el coche familiar que se quiere saltar el confinamiento y no obedece el control? Efectivamente, podría estar dentro del derecho legal por saltarse un control de la Guardia Civil o de la Policía ¿pero es lógico? ¿es estéticamente correcto estar en un control por un confinamiento como si se tratara de detener a terroristas?

El derecho a la salud es importantísimo. Y quien gestiona debe gestionar. Sin duda. Pero también debe saber medir y tomar las decisiones con sentido común y una cierta medida social de lógica. Creo yo, desde mi opinión que también he tenido en algunas gestiones políticas.

Julio M. Puente Mateo