10.4.21

Pandemia (21) ¿Hasta cuándo durará la pandemia? ¿A quién afectará más?


Esta pandemia del COVID19 será mucho mas larga de lo que nos imaginamos y durará años escondida por el mundo. No sabemos bien cuándo comenzó, se dijo en un principio que en diciembre del 2019, se sabe ahora que en aquel otoño ya estaba circulando por China, Italia y España al menos. No será fácil ir más atrás en el tiempo, pero sería necesario saber en dónde se produjo el contagiado 0 y en qué lugar sucedió esto para intentar adivinar los motivos de esta desviación de un virus desde posiblemente animales salvajes (o no) hacia los humanos. 

Estas incógnitas, muchas y muy importantes, nos serviría para intentar prevenir futuras secuelas de contagios similares, de los que hoy desconocemos todo. Esta no será la última pandemia de la humanidad y por eso hay que estar prevenidos y conocedores de los motivos. 

Sin saber cuándo, dónde y porqué comenzó todo, es más complicado saber en qué punto lograremos hacer desaparecer esta enfermedad. Algo que hoy se nos antoja todavía casi imposible. O incluso en qué momento seremos capaces de convertirla en crónica y en no tremendamente peligrosa, ni para las personas ni para todas las economías de funcionamiento social.

Las vacunas son el principio del fin si funcionan bien, pero las dudas de estos primeros meses del 2021 nos complican las verdades. ¿De verdad se puede ser tan torpe informando tanto y tan mal de los efectos secundarios de las vacunas? ¿Alguien se lee los prospectos de las medicaciones que toma y con ellos en la mano decide si sigue el tratamiento no lo suspende?

No sabemos si la inmunidad de las actuales vacunas será similar en todas las edades, cuánto tiempo durará esa defensa adquirida, si mientras estés vacunado puedes seguir cogiendo la enfermedad aunque no te produzca problemas —pues estés preparado para defenderte y vencerla— y si en esos periodos de lucha interna pudieras ser o no contagioso hacia otras personas que no estén vacunados. 

Excesivas dudas importantes que nos irán descifrando según vaya pasando el tiempo. Es imposible saber —sin ese tiempo ya consumido desde la vacunación— durante cuántos meses resultas inmune a desarrollar internamente y de forma grave la enfermedad.

Todavía no existe un tratamiento para la enfermedad, tampoco un sistema profiláctico que evite los contagios —excepto el confinamiento— o incluso que estos se pudieran retrasar hasta que el enfermo contagioso tuviera síntomas y no como ahora que empieza a contagiar unos 4 días antes de que él mismo sepa que está enfermo. 

Queda tanto trabajo por delante para doblegar la enfermedad, para dominar sus efectos sociales sobre todo, que nos espera un 2021 complejo, nada fácil, y donde todavía veremos sustos repartidos por diversas zonas del Planeta. Mientras la inmunidad de rebaño no se logre en casi todo el mundo, no será posible hablar de una dominación clara de la pandemia del COVID19. Y eso tardará años en globalizarse, cuando en cambio el contagio globalizado se produjo en semanas.

Algo hemos tenido que hacer de forma equivocada para que haya países con datos tan dispares de contagios y fallecimientos. Uruguay con tres millones de habitantes tiene 1.300 muertos por COVID pero la inmensa mayoría en los últimos meses y no puede ser considera un país sin libertad de control e información. ¿Su sistema? Pues parece simple según cuentan ellos mismos, y dicen que ha consistido en hacer test masivos a sus habitantes con su propio sistema de PCR que no dependía de ningún otro país. Su frontera con Brasil fue un punto crítico donde pusieron laboratorios en el lugar para evitar la llegada de contagios de fuera, hasta que en Brasil se desbordaron los contagios.

El número de personas en Uruguay que han pasado por los test es alto pero tampoco parece ser solo ese motivo. Mucho test y sobre todo muy rápidos, antes de que los contagios se convirtieran en imposibles de controlar. Aun así en este Otoño español ellos en su primavera han subido los datos de contagios. ¿Cómo se moverán en el futuro? Las cifras no están todas escritas.


Cambios muy altos en el número de contagios están teniendo en esta inicio de 2021 en países que se habían comportado aceptablemente antes. La India, Turquía, Argentina, Irán, Filipinas, Paraguay, el propio Uruguay o Cuba están sufriendo unos contagios muy superiores en porcentaje a los sufridos en el año 2020.

Dudamos de en qué punto de la pandemia estamos, pero ayer mismo 9 de abril 2021 tuvimos en todo el mundo 786.000 contagios, dentro de las cifras más altas de los peores día de 2020. Y tenemos ya a muchos millones de ciudadanos vacunados aunque mal repartidos entre países. Anteayer tuvimos 746.000 contagios. Comparados con los menos de 400.000 contagios a principios de febrero de 2021 vemos que las cifras han subido mucho incluso en los mismos tiempos en que subían las vacunaciones. Incluso el 22 de febrero de 2021 se contabilizaron 287.920 contagios en todo el mundo, muy alejados de los actuales. 

Pero hay que insistir que los contagios en sí mismos no son la mayor gravedad de la pandemia. El terremoto de este proceso se esconde debajo de todos estos datos. El Mundo Nuevo será eso, nuevo y en donde unos países saldrán fortalecidos y otros muy debilitados. Debajo de toda pandemia histórica hay un trabajo soterrado de estrategia histórica. 

7.4.21

Un Día Mundial de la Salud, muy pendientes de Sanidad. La Jota de Zaragoza con sus vecinos


Este es el segundo Día Mundial de la Salud —no de la sanidad— que nos pilla en pandemia, sin poder realizar actos, conferencias, sin poder poner en valor la Salud diferenciada de la Sanidad. El año pasado hubo que suspender los actos que se habían preparado, y este año, ni se han organizado en mi ciudad. ¿Nos estaremos olvidando de la Salud aunque le estemos dedicando miedos, informaciones a través de la Sanidad?

Este día internacional se creó en 1948 para por un lado denunciar y concienciar a la sociedad de las diferencias en temas de salud que existen en el mundo y su influencia en la calidad y esperanza de vida, por otro lado en crear estrategias y programas internacionales para equilibrar la balanza entre el Norte y el Sur. 

En la Salud se trata de intentar evitar las enfermedades con procesos de prevención. En la Sanidad se trata de curar las enfermedades que ya tiene la sociedad.

¿Por qué es necesario globalizar el acceso a la Salud y si es posible también a la Sanidad os preguntareis…? pues ahora con el COVID y sus procesos irregulares de vacunación tenéis la respuesta.

Vivimos en un mundo global en el que las enfermedades, virus, insectos y animales se pueden trasladar de un continente a otro en cuestión de horas. Y por muy diversos motivos, no siempre controlados por las humanos. 

Eso implica, que cuando se produce una pandemia mundial, no basta que en los países desarrollados nos curemos, pues la enfermedad estará al otro lado de nuestras fronteras, creando cepas nuevas que nos pueden volver a infectar en cualquier momento.

También ha dejado a la luz las vergüenzas de los países desarrollados. Mientras en Israel ya está el 57% de la población totalmente vacunadas en India están el 0,79% o en Sudáfrica el 0,45%.

Por un lado tenemos en España una Sanidad Pública en crisis, sin recursos, con estructuras obsoletas y poco flexibles, falta de personal y de financiación, tras 10 años de recortes y privatizaciones.

Por otro una dependencia total de la producción extranjera, provocada por el cierre de empresas y laboratorios en España y Europa, para llevar la fabricación a países con gastos de producción más baratos y sin control. Incluso una pérdida contundente de profesionales españoles de la Sanidad por contratos mucho mejores en otros países europeos o americanos. 

¿Cuántos investigadores de la Salud y que son entrevistados en la televisión de España trabajan en universidades alejadas de nuestro país?

La realidad de la sanidad privada, alentada y apoyada económicamente por los mismos políticos que deberían velar por la Sanidad Pública, proporciona una suficiente financiación a la privada por diversos métodos mientras consiente que el personal de la pública cuadre sus bajos sueldos con la atención privada. 

Hay que velar más por la eficacia de la Atención Primaria y Especialista en la Sanidad Pública, por su nivel de atención y por bajar las tremendas listas de espera.

Y finalmente hay que reseñar la falta de personal sanitario suficiente en todos los peldaños de la Sanidad Pública, debido a unas políticas educativas universitarias que titulan a pocos profesionales que escasamente pueden cubrir las vacantes de la Sanidad Pública, sin exigirles además la dedicación exclusiva en la Sanidad Pública.

Pues eso, este Día Mundial de la Salud se creó —qué ironía— en 1948 para concienciar sobre las enfermedades mortales mundiales y potenciar hábitos saludables en las personas. Y aquí estamos en 2021, sin habernos concienciado ni aprendido nada.


Asociación de Vecinos del barrio La Jota (Zaragoza)