15.3.21

¿Y si tras el Madrid regional, empezara a temblar el Madrid nacional?


Cuando las alas de una mariposa veas agitarse en Murcia sospecha que igual se nos cambia todo el panorama en la España actual, mas rara que un perro verde. Una vez que la mariposa se ha ido de Murcia (creo) se nos ha roto el Gobierno del Madrid regional, y se nos ha ido Pablo Iglesias de Vicepresidente e incluso de Candidato a Presidente del Gobierno dejando raro al Gobierno de Madrid nacional, empezándose a mover todas las fichas del tablero llegando hasta el terremoto inexplicable e irónico de que hasta Toni Cantó quiere abandonar la política. 

Nunca una mariposa murciana tuvo tanto poder. 

¿Y los españoles qué dicen a todo esto? Pues nos movemos dentro de casa, confinados, absortos entre el desempleo, las crisis que se amontonan y atender el teléfono de todos los que ahora ya nunca más te atienden de forma presencial. Los españoles bien. Mientras tanto uno se pregunta dónde ha quedado el asamblearismo de Podemos que toma la decisión más compleja, la de salirse del Gobierno de España su líder avisando que deja incluso el mando del partido en las listas electorales en manos otra persona, y sin consultar a sus bases. ¿Ya no hay que consultar a las bases, a los círculos?

España está que ni ella misma sabe dónde está. 

No tiene sentido que porque Ciudadanos estornude —un partido flojo de morir— se produzcan en menos de una semana tantos terremotos que sí están moviendo los acuerdos asentados, y en periodos de temblores por el COVID que sigue circulando sin vacunas que lo frenen por una España callada aunque goce de mil problemas. 

Os aviso que la cosa se puede enfriar más, se puede joder en pocos días. Tenemos todavía el Gobierno en Cataluña sin formar, a una ERC muy cabreada con Madrid, y a un PNV que se está quedando sorprendido.  Cuidado no nos vaya a entrar una neumonía en el Gobierno del Madrid nacional, pues podría ser atípica. 

Julio Puente Mateo

Síntomas y signos corporales de la depresión como enfermedad


Hay personas que piensan que la depresión es —por decirlo de un modo fino— algo inventado o amplificado por el enfermo, o bien piensan que quien la padece está fingiendo o se la inventa para llamar la atención o simplemente amplifica sus molestias para lograr algunos objetivos particulares. Tremendos errores que hay que rectificar casi con urgencia.

Este comportamiento de los que rodean al enfermo le hace mucho daño, pues además de ser una enfermedad y seria, a ojos de la persona que la padece la convierte en algo a lo que no hay que prestarle mucha atención.

Debemos echar un vistazo a la imagen que se adjunta arriba, para que quien piense que vivir deprimido/a es una opción, o que se cura de un día para otro, o que "dice que está cansado/a, porque no quiere hacer nada"…, no lo dice porque quiere, lo expresa porque se encuentra mal, porque no se siente con fuerzas, porque su cuerpo está sufriendo trastornos reales que muchas veces ni el propio enfermo los entiende.

Y lo último que necesita una persona así es que no le crean, que duden de lo que dice. 

En todo caso, hay que ser comprensivo, intentar animarle y estar a su lado si lo necesita. Esto último no siempre es así pues hay personas con depresión que prefieren estar solos, pero no en todos los casos es así. 

Siempre hay que consultar con profesionales para comprender la enfermedad y tratarla, pues tiene un tratamiento que aunque sea largo, a veces muy largo, funciona.

Laura P. Puente Ajovín