26.2.21

Hemos llegado a Marte, pero no ha hecho mucha gracia


Hemos llegado a Marte y como quien ve llover, no nos hemos puesto a saltar de alegría ni nos lo hemos tomado en seria. ¡¡Que hemos llegado a Marte!! que es uno de esos puntitos que a veces vemos en le cielo, y ya hemos logrado mandar unas cámaras fotográficas hasta allí. Na, que no nos hace ni puta gracia. 

Cuando llegamos a la Luna, allá por el 69, hubo mucha gente en España que aquella noche no se fue a la cama. Los adultos de aquellos años ya no han visto que hemos llegado a Marte, pero en el 1969 nos llegamos a creer que a partir de aquel paso por la Luna en pocos años todos podríamos ir a viajar a la Luna de verdad, como quien se va a Badajoz. Luego resulta que no, que no hemos vuelto, y que para qué.

Con Marte pasará algo similar. ¿Marte? ¡Pero si allí no hay nada! Y nos quedaremos con algunas fotos y si acaso con algunas piedras. Leí el otro día que en las misiones a la Luna había un temor nunca dicho que se  pudiera traer hasta la Tierra alguna bacteria o virus que hubiera sobrevivió por esos lares, y que nos pudiera contagiar a todos los humanos. Entonces no nos lo dijeron. ¿Y si los chinos de Wuhan han ido antes a Marte y se han traído el coronavirus sin darse cuenta? Tonterías más grandes dicen algunos famosos.

Que yo os voy a decir una tontería repetida muchas veces. Si se trata de ver paisajes como el de las fotografías que nos llegan, por favor, no gastaros tanto dinero. En Los Monegros estamos sobrados. Incluso tenemos piedras y lagartijas. 

No todas las mentiras sirven para engañar ni son peores que algunas verdades


No todas las mentiras sirven para engañar, ni todas las mentiras son peores que las verdades. Ni tampoco hay que estar diciendo la verdad, nuestra verdad, en todo momento, ni mucho menos sin saber frenar el tamaño de la verdad, ni sopesar qué se quiere lograr con esa verdad que nunca"es la verdad" sino nuestra interpretación de una posible verdad. 

La verdad está muy valorada y la mentira muy poco explicada y asumida. No es lo mismo la mentira que ir a joder o ir a engañar. A veces las mentiras sin llegar a ser piadosas sirven para que se vaya admitiendo la verdad dura en unas dosis programadas. Quien dice la verdad "a secas" primero se cree que el otro no se está enterando, es tanto decir que lo quiere convertir en tonto, y luego incluso quiere disfrutar con esa verdad suya, para ver cómo sufre el que la escucha.

Los que se vanaglorian de decir siempre toda la verdad no serían capaces de aguantar que se les diejra todo la verdad sobre ellos, aunque presuman de lo contrario. Sobre todo porque entonces descubrirían que la verdad que escuchan no es la única verdad posible, y que en casi todos las ocasiones son interpretaciones de alguien sobre unos hechos que se cree han sido de una forma y no de otra, de un tamaño y no de otro, con unos condicionantes y no con otros.

Incluso si ves matar a una persona no puedes decir si es un homicidio o un asesinato, y dentro de estos dos supuestos hay muy diversos grados de calificación. Así que si observas algo, sospecha que antes de hablar, igual deberías escuchar a todas las partes antes de decir que has visto una verdad.