26.2.21

No todas las mentiras sirven para engañar ni son peores que algunas verdades


No todas las mentiras sirven para engañar, ni todas las mentiras son peores que las verdades. Ni tampoco hay que estar diciendo la verdad, nuestra verdad, en todo momento, ni mucho menos sin saber frenar el tamaño de la verdad, ni sopesar qué se quiere lograr con esa verdad que nunca"es la verdad" sino nuestra interpretación de una posible verdad. 

La verdad está muy valorada y la mentira muy poco explicada y asumida. No es lo mismo la mentira que ir a joder o ir a engañar. A veces las mentiras sin llegar a ser piadosas sirven para que se vaya admitiendo la verdad dura en unas dosis programadas. Quien dice la verdad "a secas" primero se cree que el otro no se está enterando, es tanto decir que lo quiere convertir en tonto, y luego incluso quiere disfrutar con esa verdad suya, para ver cómo sufre el que la escucha.

Los que se vanaglorian de decir siempre toda la verdad no serían capaces de aguantar que se les diejra todo la verdad sobre ellos, aunque presuman de lo contrario. Sobre todo porque entonces descubrirían que la verdad que escuchan no es la única verdad posible, y que en casi todos las ocasiones son interpretaciones de alguien sobre unos hechos que se cree han sido de una forma y no de otra, de un tamaño y no de otro, con unos condicionantes y no con otros.

Incluso si ves matar a una persona no puedes decir si es un homicidio o un asesinato, y dentro de estos dos supuestos hay muy diversos grados de calificación. Así que si observas algo, sospecha que antes de hablar, igual deberías escuchar a todas las partes antes de decir que has visto una verdad.

25.2.21

La clandestinidad está de moda. Cuidado, que mola y es adictiva


Nadie nos podría decir hace un año que la clandestinidad volvería a estar de moda, que jugaríamos a intentar saltarnos las leyes a costa de escondernos, consumir cuando está prohibido, comprar lo no permitido y bebernos un whisky como si fuera el mayor pecado del mundo. No se trata de hacer orgías brutales, ni tampoco de consumir polvos de variado color, no, simplemente se trata de hacer algo muy normalito pero fuera de hora, a las 11 de la noche por ejemplo. Y eso a una parte de la sociedad le mola

Por que tendremos que decirlo, los confinamientos están muy bien para los que creemos que la pandemia va en serio y mata, y todos nosotros no necesitamos confinamientos extrictos pues por respeto ya los hacemos sin que nos los manden. Y al resto, a los que no los hacen pues les importa un huevo la pandemia, esos ya han ido aprendido a saltarse las normas. 

No sirve de nada poner nuevas normas, en serio, esos clandestinos seguirán buscándole la vuelta. Harán bailes en pisos alquilados, en almacenes, en naves industriales, o beberán alcohol con los amigos en pisos con sordina o en azoteas y terrazas fuera de la mirada del Guardia Vecinal. Les pone, les gusta ese punto de riesgo. Pero recordemos todos que además de ser clandestino hay que decirlo pues es lo que mola.  El gusto está en demostrar que eres clandestino a los amigos, a los compañeros, a los que no se atreven a ser clandestinos, así que sin duda se está convirtiendo en un vicio nuevo estar disfrutando de la vida mientras saben que los demás… están confinados en sus hogares.

Hemos logrado con esto tener ciudadanos de varias clases sociales sin que dependa el dinero, sino el punto de libertad y de riesgo que quieres tener.