25.2.21

La clandestinidad está de moda. Cuidado, que mola y es adictiva


Nadie nos podría decir hace un año que la clandestinidad volvería a estar de moda, que jugaríamos a intentar saltarnos las leyes a costa de escondernos, consumir cuando está prohibido, comprar lo no permitido y bebernos un whisky como si fuera el mayor pecado del mundo. No se trata de hacer orgías brutales, ni tampoco de consumir polvos de variado color, no, simplemente se trata de hacer algo muy normalito pero fuera de hora, a las 11 de la noche por ejemplo. Y eso a una parte de la sociedad le mola

Por que tendremos que decirlo, los confinamientos están muy bien para los que creemos que la pandemia va en serio y mata, y todos nosotros no necesitamos confinamientos extrictos pues por respeto ya los hacemos sin que nos los manden. Y al resto, a los que no los hacen pues les importa un huevo la pandemia, esos ya han ido aprendido a saltarse las normas. 

No sirve de nada poner nuevas normas, en serio, esos clandestinos seguirán buscándole la vuelta. Harán bailes en pisos alquilados, en almacenes, en naves industriales, o beberán alcohol con los amigos en pisos con sordina o en azoteas y terrazas fuera de la mirada del Guardia Vecinal. Les pone, les gusta ese punto de riesgo. Pero recordemos todos que además de ser clandestino hay que decirlo pues es lo que mola.  El gusto está en demostrar que eres clandestino a los amigos, a los compañeros, a los que no se atreven a ser clandestinos, así que sin duda se está convirtiendo en un vicio nuevo estar disfrutando de la vida mientras saben que los demás… están confinados en sus hogares.

Hemos logrado con esto tener ciudadanos de varias clases sociales sin que dependa el dinero, sino el punto de libertad y de riesgo que quieres tener.





Nunca hay que apoyar una empresa Zombi


Parece una tontería repetirlo, pero nunca hay que intentar salvar una empresa Zombi. Y aquí entra el debate de saber en qué momento, a partir de qué punto, una empresa ya no tiene ninguna viabilidad ni con ayudas ni con apoyos externos. Los bancos saben bastante de esto, pero juegan con un conservadurismo excesivo. Ellos se adelantan al futuro muchos años y califican de zombis incluso empresas que sí tienen solución si se les apoya con tiento y sobre todo con apoyos de asesoría y de cambios estructurales.

En Aragón hemos tenido una empresa Zombi repartida por medio mundo que muchos ya sabíamos que era Zombi desde hace décadas. Parece increíble, pero a veces con conocer algo de sus dirigentes y sus tiempos pasados, ya tienes una buena pista para saber qué futuro se le puede prever. 

También es cierto que hay empresas Zombis que se han convertido en un tamaño tan peligroso que parece imposible no caer en la trampa de intentar salvarlas. Tamaño, nombre, marca, estructura social, deudas tan grandes con entidades y proveedores, que es mas barato intentar ayudarles que dejarles caer. Aunque todos sepamos de antemano que son Zombis desde hace años. 

Meter dinero, ayudas en una empresa Zombi es tirarlo a la basura. Así que si lo siguen pidiendo y son los mismos responsables, hay que estar atentos a los motivos y al destino de esas ayudas. A veces estar atentos sirve para descubrir curiosidades.