15.2.21

Pere Aragonés y su capacidad de reflexión, más necesaria que nunca


“Y cuando Pablo e Inés despertaron, después de una foto en Colón y unos cuantos pactos, la bestia les había comido la tostada”, ha escrito Joan Baldoví tras los resultados de las Elecciones en Cataluña de ayer domingo 14 de febrero de 2021. Pablo Casado e Inés Arrimadas saben bien que ya nada será igual tras su debacle en Cataluña, un día aciago para las derechas, para el nacionalismo español, para los que pensaban que el problema de Cataluña ya se iba resolviendo poco a poco y sin hacer nada de nada. 

Yo no quiero a Cataluña fuera de España, y tenerlo que decir así de claro es un absurdo ejercicio de tontuna. Pero tampoco quiero que el nacionalismo español empuje a nadie al abismo, sea torpe en la búsqueda de soluciones, crea que las historias se escriben desde los silencios. 

Así que sin saber bien todavía si volvemos a la casilla de salida, admitiendo que Pere Aragonés no es Puigdemont, sé que tenemos que entender esto, es decir, vuelvo a repetir lo mismo que decía hace años: hay que ser catalán o haber estado entre catalanes suficientes años, como para intentar plantearnos soluciones que nos valgan a todos. 

La entrada de Vox con fuerza al Parlament es un detalle de por dónde van a ir los movimientos de ese nacionalismo español que se contagia y logra afianzarse de razones y de votos. Esto no facilita las soluciones aunque muchos crean lo contrario, pero es lo que quieren los catalanes, los españoles y pone un puntito de acidez a las mesas de diálogo, que puede venir incluso bien para dosificar las pretensiones de todas las partes. Nos esperan otra vez tiempos complejos de grandes políticos de mesas de reflexión.

14.2.21

No es posible entender la vida sin saber que existe la muerte

Las personas Neanderthal, las que fueron destruidas por la llegada de los Homo Sapiens, es decir, nosotros, nos dejaron en nuestro ADN una buena señal, un abrazo animal que seguimos conservando. Nacemos, morimos y la muerte forma parte de nosotros al igual que la vida, como un camino que hay que transcurrir, sufrir, vivir para morir. No es posible entender la vida sin saber que existe la muerte. Se me muere un amigo. Se va y forma parte de la normalidad de la vida. De hecho en realidad ya se ha ido aunque siga con vida. Es muy difícil seguir con vida cuando te rodea la muerte, cuando sabes que es lo inevitable  Asumirlo parece lógico, parece inevitable también. Como inevitable es llorar. Llorar es amar por el que lloras. Seguimos siendo animales y tal vez sea lo mejor para todos nosotros. Sobre todo porque sabemos que no podemos ser de otra manera. ¡Te hemos querido!