12.1.21

El guitarrista de Maná, Sergio Vallín, nos enseñó la normalidad de ser normal


La profesionalidad de las personas existen, se nota normalmente en que son simplemente normales aunque sean excelentes. Ayer tuvimos varios ejemplos sencillos, maravillosamente excelentes. Iñaki Gabilondo nos dijo que él ya no podía mas, o que simplemente se había agotado de aguantar tantas tonterías sociales y políticas para nada. 

Andreu Buenafuente y Berto Romero nos enseñaron que se puede trabajar sin bajar el nivel dentro de un almacén con trastos, si la nieve no te deja desplazarte a Madrid. Sergio Vallín nos demostró en La Resistencia que se puede ser el guitarrista de Maná y no parecerlo, que la normalidad de las personas reside en querer hacer bien tu trabajo y mostrárselo a los demás.

Son casos simples de saber trabajar por y para los demás, cobrando un sueldo faltaría más, pero sobre todo creyendo en su trabajo y en la importancia que tiene su labor para seguir engrasando el funcionamiento de todos nosotros. En comparación de los que solo quieren medrar, engañar, disfrazarse de ovejas con dientes afilados, es casi un milagro poder contemplar que siguen existiendo millones de ejemplos sencillos que simplemente creen en su trabajo.

11.1.21

¿Qué se puede esperar de unos ciudadanos que desobedecen en lo básico?

Sanidad registra 61.422 nuevos contagios en España y 401 muertes más desde el pasado viernes 8 de enero de 2021. El número de casos desde el inicio de la pandemia asciende a 2.111.782 y el de fallecidos a 51.874, según el recuento oficial (que son muchos más en el extraoficial). La incidencia se dispara y pasa de 350 a 435 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días. En Aragón estamos en 399 casos.

La escalada de infecciones se nota en toda España. Se notan ya los efectos de las desobediencias de NOCHEVIEJA y el nulo respeto a los llamamientos que se hicieron para que no hubiera reuniones sociales. No es mucho lo que se puede hacer si en un país somos incapaces de obedecer en lo más básico que además nos afecta a nuestra propia salud y a la de nuestros padres y abuelos. 

¿Qué se puede esperar de unos ciudadanos así? 

Detecto incluso un gran cansancio entre los dirigentes políticos, que no lo están haciendo bien, pero que sin duda estos números los destrozan pues se dan cuenta de que no sirve de nada los llamamientos que hacen. 

A nivel mundial estamos en una situación similar con los 800.000 contagiados al día en al menos dos ocasiones de la semana pasada. Hemos superados los 90 millones de contagios declarados en todo el mundo y en esta semana alcanzaremos los dos millones de fallecidos declarados. 

Y seguimos sin hacer el caso necesario.

Y a su vez en España la vacunación va muy lenta y no tiene sensación de que vaya a modificarse los métodos de vacunación, no sé bien si por incapacidad de gestión o por otros motivos que desconozco.