18.12.20

Hablaba de estas mierdas, cuando me he acordado de la muerte


Estas mierdas que os escribo son parte de un Dietario clásico, de un Diario de Viajes por la vida, que es al fin para lo que se crearon hace años los Blogs aunque ahora ya se hayan pervertido buscando no morirse por saturación de otros Dietarios más "raricos".

Un Dietario es siempre un Diario íntimo que utilizamos para vaciarnos, y que a veces en este Nuevo Mundo (no es el de Dvorak) lo repartimos gratis para que lo lean gentes de todo tipo de color y estatura, sexo, pensamiento y ánimo. Es un ejercicio arriesgado y tonto, pero hoy el mundo está lleno de tontos como yo. No hay problema por eso.

Los que gritamos en silencio nos conformamos con que nos vean gritar, ni tan siquiera queremos que nos escuchan, eso ya debe ser la hostia, no, nos conformamos con gritar fuerte y creernos que alguien nos mira levemente. No está mal el sueldo, pues así alimentamos otra vez las gargantas que se vacían.

Siempre hay mierdas por las que gritar. Y siempre hay silencios cómplices por los que callar. Y en esa pelea estamos todos. Entre el grito que no sirve para nada, y el silencio que todavía sirve para menos. 

Yo nací en los años del hambre. O mejor dicho en los de la post hambre que eran esos años en los que solo los pobres teníamos hambre. Poco a poco los ricos siempre se salvan de todo lo malo antes que los pobres. Cosas de Dios, creo que son. 

Pues eso, que nací en los años 50 y aquí estoy viendo la pandemia desde la ventana mientras me he sujetado con unas cadenas a mi mesa de ordenador para que mis hijos no se me lleven a una Residencia, que allí se nos mueren los pensionistas para equilibrar gastos. Por fin han encontrado la forma de bajar el gasto en pensiones. Y no ha sido privatizando nada, pues la muerte siempre es pública y silenciosa. Excepto para quien se muere, que es privada y llena de ruidos interiores.

¿Y si Jordi Pujol no hubiera ganado en 1980? ¿Cómo sería España y Cataluña?

La historia la escribimos las personas, todas las personas, incluso las personas que no saben que están escribiendo la historia, pues a veces los resultados son cuando menos curiosos. Estos eran los siete mejores candidatos a presidir la Nueva Generalitat de Cataluña en 1980, cuando Tarradellas decidió no presentarse a las primeras elecciones democráticas al Parlamento de Cataluña.

Es cierto que Jordi Puyol aparecía como alumna aventajado en las encuestas que se cocinaban, y también lo es que a Tarradellas no le gustaba nada el Jordi Puyol al que llamaba en 1980: "Enano y Corrupto" y decía que el "pujolismo" era una dictadura blanca, con una deriva peligrosa, pues era rupturista, sectaria y victimista. 

Lo cierto es que Pujol ganó con 750.000 votos, pues solo participaron el 61,3% de los electores catalanes y CIU no llegó a obtener al 28% de los votos. Pero la historia la escriben los que son más en número, o los que son mas fuertes. Aunque solo sea un poco más. ¿Alguien se imagina la Historia de España si Jordi Puyol no hubiera ganado?