10.12.20

¿Es posible vivir 40 años en pareja? No digo fácil, pregunto si es posible


Las relaciones más intimas, las más familiares se van transformando con los años, y quien diga que no es cierto, es que simplemente no lo quiere reconocer o no sabe mirar bien a su alrededor. O no lleva los suficientes años de relación, que también es posible. Los matrimonios, las parejas deben admitir que no es lo mismo el primer año que el número siete, ni este con arreglo al número 20. Incluso hay parejas que durán más de 40 años y admitiendo que ya no son iguales, seguimos juntos la mar de felices. No es la misma felicidad, es diferente. No es la misma relación, es distinta. Pero es posible mantenerla. No se trata ya de follar todos los días, sino de abrazarse y sonreír  de mirarse y saber qué se quiere decir. De apoyarse sin saber quien cuidará a quien cuando toque cuidar.

Es cierto que dependiendo de personas —y en eso cada uno de nosotros somos un mundo— algunas se planteen de duda de que por qué tienen que estar siempre y durante toda su vida con la misma persona. Y es una pregunta cierta, interesante y de complicada respuesta acertada. 

Tal vez lo más lógico sería pensar que efectivamente, estar toda tu vida —que es solo una— relacionándote con una única persona como pareja, es perder muchos matices de esa vida. Pero… ¿quien te garantiza que si cambias vaya a ser mejor y no peor? Volver atrás es muy complicado.

Los riesgos están para aceptarlos, para vivirlos, pero también para sopesarlos, para utilizar contra ellos el sentido común. Pero yo diría algo intermedio. ¿Y si en vez de cambiar de pareja se marcan límites nuevos, distintos, ya que sin duda todos hemos cambiado tras 20 ó 30 años? 

¿No fallan muchas veces las parejas por no saber aceptar las libertades y diferencias de uno con otra, de otra con uno o una? Convivir es compartir, pero también es aceptar, es entender que vivir es complicado y hay que adaptarse a los cambios. Pero estar en compañía es una forma de ganar en salud y en tranquilidad, aunque tenga sus limitaciones temporales.

9.12.20

Los malos trabajadores fastidian a los buenos trabajadores. ¿Y a la empresa?


En todas las empresas hay malos trabajadores, colaboradores jetas, jetillas, caraduras, que no están a la altura de los demás. pero no me refiero a la calidad de su trabajo, me estoy refiriendo a la cantidad de su trabajo, que además deben hacer sus compañeros y muchas veces sin que lo sepa claramente la dirección de la empresa, que o no se entera o deja hacer por algún motivo no siempre bien conocido.

A veces estos jetas —que siempre van en contra del trabajo de sus compañeros— se disfrazan de simpáticos con la dirección, saben medrar o saben aparentar que no están escondidos. Y eso dificulta la labor de desenmascararles. 

Pero debemos hacerlo desde la propia empresa para el bien del Grupo, pues ser jeta es una enfermedad contagiosa.

Son personas que no quieren superarse ni aprenden nuevas técnicas para que no les entreguen nuevos proyectos, que se quejan de todo y desanimas, que no quieren trabajar en equipo y van de individuales, que no asumen la responsabilidad del Grupo, que suelen ser chismosos y por eso peligrosos, son unos sabelotodos en apariencia para disimular sus incapacidades, suelen ser violentos al menos verbalmente, no son puntuales y son los primeros en salir, tienden a ser envidiosos y además quieren ser los protagonistas de todo, les gusta mandar y no les gusta nada obedecer, suelen mentir y siempre tienen preparada una excusa para cualquier situación, y no muestras ningún entusiasmo en emprender una tarea nueva.

¿Por qué se les consiente todo esto? Hay varios motivos, pero lo importante es que eso al resto no le debe afectar. Debería ser como una persona que está pero sin contar con ella para nada. La empresa debería darse cuenta que está solo, que no colabora, que no participa, pero sin decir nada a nadie, simplemente con los hechos. 

Si es él quien se da cuenta primero, tendrá que cambiar, y si es la empresa o bien lo mantiene por algún acuerdo que no nos debe importar no conocer o es que es una mala empresa.