5.11.20

El virus, la pandemia no es capaz de quitarnos todo. Si sabemos defender la vida


Podrás quitarme libertad para viajar, podrás dejarme sin ver a mis amistades o a familiares que vivan fuera. Confinarás provincias, ciudades y hasta barrios. Podrás hacer que cierren los bares, y los centros comerciales, que no haya fiestas, que no me relacione con más de 6 personas. Pero eres un puto enano virus al que te encontraremos la puerta de entrada, seguro.

Cerrarás también y con mucha tristeza los teatros, los cines y los campos de futbol. Confinarás la Cultura para que seamos todos un poco menos felices.

Podrás llenar hospitales, y romper vidas. Qué duro suena esto. 

Podrás causar ansiedad, tristeza, soledad, falta de aire, mareos. Llenas y llenarás los telediarios y la prensa escrita de noticias, de datos cada día más tristes incluso a veces confusos. Podrás cambiar la humanidad en un solo segundo, sin saber aun cual es tu origen.

Pero no me prohibirás el placer de tomar un café con mis padres en casa. El café de las 11 y la cerveza de las 7 de la tarde…, son sagrados, son media vida, sobre todo para ellos.

Laura Puente Ajovín

4.11.20

El silencio es peor que otorgar carta blanca. Facilita la manipulación

Siempre hemos pensado que el silencio era inocente, y es un gran error. El silencio es culpable de que otros alcen la voz en solitario. 

No hay que hablar de más… pero tampoco hay que hacerlo de menos pues la responsabilidad está tanto en hablar como en callar. 

El silencio no otorga, es todavía peor: facilita el camino libre, apoya sin nada de control a cambio, deja espacios para movimientos fáciles, ningunea a los que hablan pues hay mucho espacio vacío, hace creer que el ruido tiene un valor que no le corresponde. 

Por eso hay tanto ruido, simplemente porque por debajo hay muchos silencios cómplices sin querer.