13.10.20

A los jubilados que ya estamos dentro de la pandemia del COVID


Para las personas mayores, de los 60 en adelante y jubilados, a los que podríamos señalar como destinatarios de esta nota, a los que si nos quitan un año de nuestras vidas restantes por culpa del COVID, lo debemos sentir como algo grave. 

Así que tenemos que aprender a que no nos roben nuestro tiempo, sino si acaso a que nos lo cambien por unos meses con diferente actividad. 

Si nos quedamos congelados y asustados, si perdemos el mes de abril y todos los que están viniendo detrás, habremos perdido gran parte de lo que nos resta de vida. 

Así que nos toca reinventarnos, tomar precauciones pero sin perder nuestras actividades vitales que tendremos que adaptar. 

Podemos seguir haciendo ejercicio en casa, escuchar música o ver cine desde el mejor aparato que tengamos a nuestra disposición. 

Deberemos hablar con nuestros amigos aunque no sea de forma presencial y trabajar en “algo” que nos guste. 

Respirar fuerte y salir a la calle hacia zonas verdes pues aunque no nos lo digan, en el aire libre hay 20 veces menos de posibilidades de contagiarse. 

Tomar café hecho en casa con diversas maneras para que cada día nos sepa distinto o cerveza y vino diferente. Y prepararnos platos para la comida que nos apetezcan dentro de nuestras posibilidades económicas y de salud. 

¿El sexo? Si es posible por tener compañía, sin duda, desenfrenado, casi salvaje para demostrarle al ambiente que se sigue vivo. 

Y leer, y escribir, y hablar, y escuchar al amigo y mucho menos a los agoreros que nos cuentan mierdas para desahogarse ellos.

Pensar que esto forma parte de nuestra historia, que todas las generaciones anteriores han sufrido guerras, pestes, crisis dolorosas o pobrezas extremas. 

Ahora nos toca a nosotros y además de poder defendernos de la pandemia vírica, hay que saber defenderse ante la pandemia psicológica que ya está entre nosotros.

12.10.20

Las cuatro divisiones clásicas entre los trabajadores


Dicen que podemos podemos estar enmarcados en el mundo laboral dentro de cuatro opciones claramente diferenciadas.

1/ Un Brillante Trabajador, Activo y Perfecto

2/ Un Brillante Vago, que se sabe escapar de los riesgos máximos y siempre es el Clásico Número 2

3/ Un Tonto Trabajador, Obediente y que no quiere Riesgos

4/ Un Tonto Vago que actúa por Inercia y Obedece para Sobrevivir

Ante estas cuatro divisiones tan brutales nos queda poco margen para elegir. Todos deseamos ser encuadrados entre el 1 y el 2. 

Pero la realidad es que hay un 25% de personas que se tienen que enmarcar en cada apartado. Si todos los queremos colocar entre los dos primeros… nos estamos engañando.  

Es decir, empezamos por ello a colocarnos sin darnos mucha cuenta entre los grupos 3 y 4 pues no sopos capaces de conocermos bien. 

Lo curioso es que nadie dice, yo no he dicho, qué grupo es el de los Felices, el de los Válidos y Excelentes Personas. 

Nos hemos imaginado que están en los dos primeros grupos. Y eso ya de por si, es positivo. 

Sabemos dónde hay que estar, donde es mejor quedar encuadrados. ¿Queremos pelear por estar de verdad allí, porque nos consideren los demás… que somos de los dos primeros grupos?

Porque estar en un grupo o en otro no depende de nosotros, sino de cómo nos ven los que deben elegir y seleccionar. 

No sirve de mucho creer que pertenecemos a un grupo o a otro. Se trata en casi todos los casos de lo que creen los que nos tienen que elegir en nuestros trabajos.