17.9.20

Somos una mierda y además nos reímos de eso


Hay varias demostraciones claras y contundentes de que somos una mierda y de que vamos camino de estar además secas contra el asfalto. Me refiero a la sociedad española donde me incluyo. No quiero dar ejemplos, si acaso los buscas tú, pero es que llevo una semana de ver confusión, errores absurdos, malas babas, decisiones preescolares y idioteces sociales que preocupan, que me estoy quedando absorto. 

Podemos, tenemos capacidad de empeorar. Siempre me asombra la sociedad. Debo ser más tonto todavía que ellos.

 Tuve una reunión esta semana que me dejó como congelado por la incapacidad de 10 personas para saber de qué había que hablar para ponernos todxs a trabajar con urgencia.

 He tenido varias consultas de gestión relacionadas con el COVID que me han asombrado por el momento de las dudas, la inoportunidad, el desconocimiento que ya deberíamos tener todos superado de sobras.

Me han hablado de los ERTEs y yo les he dicho que ¡cuidadín cuidadín! pues contienen trampa y ayer mismo me enseñaron una fotografía de una gran librería con parte de su plantilla en ERTE —cobrando pues de todos nosotros como sociedad— mientras en la calle había una cola tremenda de clientes esperando a entrar y ser atendidos. 

No sé enumerar la cantidad de servicios a la sociedad que hemos ido perdiendo en estos seis meses sin que nadie rechiste. La España de hoy es mucho peor que la de hace unos años, y todo está cubierto por el manto de una pandemia que no sabemos asumir y admitir. 

Somos muy flojos y ya nos hemos creído y convencido del todo que Papá Estado nos tiene que resolver todo. 

Por cada trampa que nos hagamos en esta pandemia, irá subiendo la factura total de este tiempo. Y os juro que hay que pagarla. Que entre todos la tendremos que pagar. 

Mientras estás dentro de un buen restaurante comiendo y riéndote de la comida, normalmente estás bien. Pero luego hay que pagar la reparación, la energía consumida, el Almax e incluso la factura de los cocineros a los que ni has visto en la comida. 

Heredar en el trabajo es el reconocimiento de que detrás vas tú


Ayer un hijo me mandó esta imagen con el texto de: "He heredado estas bandejas" que parece una tontería pero no lo es. En la vida se va creciendo a pasos o a peldaños. En según qué oficios uno de esos peldaños es tener despacho propio, tener mesa primero, ordenador después, tu nombre en la mesa para luego tener ya despacho con puerta propia.

Tener despacho con puerta es uno de los mas importantes logros. Es uno de los ascensos que mas se agradecen por diversos motivos, destacando el de la confianza que generas. 

Motivar siempre supone más productividad y mejor calidad.

Heredar materiales es más importante que tenerlos nuevos, aunque parezca lo contrario. En el material de oficina, lo heredado supone recoger "lo de otro" que previsiblemente era alguien que ya tenía sabor y poso. Heredar supone el reconocimiento de que detrás vas tu. Se marca el camino, se indica la meta, se enseña los espacios hacia donde te vas dirigiendo.

Cuando se asciende aunque sea costa de herencias siempre se marca la sensación de que vas detrás, es cierto, pero no vas orillado sino como cuerpo atento a lo que pueda venir. Hay que recordar que en cualquier ascenso de una gran montaña son muchos los que se van quedando cansados, orillados, perdidos o heridos.