26.7.20

El mundo es incapaz de controlar el año 2020

Esta portada del ABC digital de hoy 26 de julio no es alarmista aunque lo parezca. Es simplemente dura pero real, con esa sensación social de incapacidad para controlar en el tiempo una pandemia que está durando más tiempo del que pensábamos, sin avanzar en soluciones, sin atisbar luces sino sombras, con nuevos y nuevos brotes que parecen volver a confinarnos sin ver salida.

Nadie dijo que esto fuera a ser sencillo, pero la sociedad tiene también la obligación de preguntarse si tras al menos cinco meses de pandemia, no se podía haber hecho lo suficiente como para controlar mejor los rebrotes, para estar mejor preparados ante los problemas que ya tenemos encima.

La curva diaria sube sin parar en la suma del todo el mundo, sabiendo sin ninguna duda de que son números falsos pues no están todos en su interior. Ni afectados ni fallecidos. 

Ya afecta de forma descontrolada a decenas de países donde simplemente contar es imposible. Lo complejo es admitir que también en España parezca imposible saber contar.

Personalmente no me preocupa tanto el momento actual de salud con una pandemia descontrolada como el del futuro, con crisis económica y social ya explotada. 

Desde hace unas semanas está sobe la mesa que hay que trabajar (de momento muy tímidamente) conjugando las dos vertientes del problema, el sanitario y el económico. Es un primer paso, duro pues no se está explicando bien, pero inevitable.

Los políticos somos "El capacico las tortas"

Los políticos se inventaron (como profesión y necesidad) hace miles de años para gestionar lo público, lo de todos. Y eso es lo que a veces no entendemos bien. Los criticamos por ser políticos, cuando el enorme error no sería la corrupción, que es un dato muy preocupante, sino sus malas o equivocadas gestiones por incapacidad.

La sociedad pierde muchos más millones por decisiones equivocadas aunque tomadas con el mejor sentido del gestor, pero que no sirven por su falta de capacidad para tomar otras mejores. 

Y tenemos que entenderlo. Los mejores posibles políticos es posible que hayan huido aterrados por las críticas que se saben van a recibir. Daría igual qué hacen, incluso daría igual la ideología, lo que es seguro es que en cuanto los nombremos los pondremos contra la pared para analizarle cualquier movimiento.

Es curioso pues los que realmente mandan, los que NO gestionan pero mandan, esos… no son revisados ni perseguidos. Incluso ni los conocemos ni se dejan conocer. 

Uno de los trabajos de los gestores políticos es que estos "dueños" —que son los que mandan de verdad— estén siempre en el anonimato. Los políticos al final, somos los criados de los poderosos, pero disfrazados de capacidad para gestionar y hablar. 

En Aragón se llama a la persona que se tiene que comportar así: "El capacico las tortas". De hecho en estos tiempos no es muy complicado ser político con capacidad de gestión. A poco listo o listillo que sea lo consigues. Así que si te gusta ser "El capacico las tortas" inténtalo.