16.6.20

Zaragoza. Aula con 59 alumnos. ¿Hemos mejorado mucho?

Esta imagen es de mi clase escolar en el Tomás Alvira de Zaragoza, un colegio público "de barrio" de los años 60. Como se ve había 59 alumnos con el mismo profesor, de diferentes edades hasta los 14 años. Todos los alumnos desde los 6 años hasta los 14 se dividían en dos únicas clases, solo en dos para chicos y en otras dos para chicas, que como se ve, esa era otra, las chicas con las chicas. 

Han pasado muchos años, la ratio ha ido bajando mucho hasta volver a subir en los últimos años, dejando en la actualidad una cantidad de alumnos entre los 20 y 25 por aula. Ahora tras la pandemia es posible que haya que revisar esos números y tal vez bajarlos algo.

¿Salen los niños actuales más aprendidos? ¿Salen más motivados para seguir estudiando durante muchos años de su vida? ¿De qué manera han cambiado los contenidos en estos años?

Podríamos no parar de hacernos preguntas, sobre la calidad final, sobre los resultados finales de excelencia que NUNCA son simplemente salir con un aprobado de curso ni tampoco con un sobresaliente, ni tampoco son salir con unos conocimientos insuficientes en materia útiles para tu vida posterior. 

Y tampoco son no saber tener una empatía social con tus vecinos de vida que provoquen disfunciones de convivencia, egoísmos sociales que siempre son negativos.

De esa imagen que vemos ha salido algún catedrático de universidad, algún diseñador reconocido a nivel internacional, algunos empresarios y muchos de los que desconozco su historia personal. Y admitiendo que NUNCA hay que copiar de lo viejo, si me cabe la duda de si copiando de lo nuevo, de otros espacios educativos tal vez de otros países, no podríamos mejorar nuestra formación educativa.

¿De verdad es educativo que no hayamos logrado hacer lo IMPOSIBLE para que los niños no hayan tenido que estar desde marzo hasta septiembre sis la presencia de sus profesores de alguna forma, dentro al menos de forma eventual en los colegios?

Julio Puente (Ajovín)


15.6.20

Deseamos que los abuelitos mejores. Pero en su casa

El fracaso social en la atención a nuestros mayores ha sido mayúsculo y aquí las responsabilidades son de todos, incluidos en primer lugar los responsables de las Residencias para Personas mayores que no han estado a la altura, pero sin duda sobre todo unas normas sanitarias y de servicios sociales excesivamente flojas y banales, que han permitido esta debacle. 

En su momento haremos cuentas, hablaremos de números, lo haremos incluso distribuyendo por territorios y por el número de personas de cada territorio que están en estos servicios públicos ingresadas no siempre libremente, y hablaremos también del nuevo modelo de Residencias para Personas Mayores que debe empezar con urgencia a construirse.

Han perdido "clientes" como muchas de estas empresas trataban sus personas internas y ahora ya lo primero que están haciendo es publicidad de sus servicios. No plantean cambios drásticos en los servicios o incluso en los edificios, y sin duda en las personas que trabajan para dar esos servicios. Lo primero es llenar "su negocio" con "nuevos clientes".

Un exceso de irresponsabilidad social para las personas mayores que son las que gestionaron la España, el Aragón que hoy tenemos entre manos. Todos ellos fueron jóvenes, activos, muy válidos, constructores de los caminos sociales que ahora pisamos.

Esta imagen de arriba es un DESEO de unos niños colgado en su árbol del jardín en el barrio de La Jota de Zaragoza. No habría nada que añadir, mientras esos niños, nietos, no se hagan adultos. A partir de ese momento todos nos convertimos en mucho menos humanos.

Los niños desean que los abuelitos mejores. ¿Sabemos qué clima mental tienen hoy las personas mayores de 70 años de edad que ya saben que hace unas semanas no tenían derecho a entrar en los Servicios de Urgencia o de Cuidados Intensivos?