2.6.20

Valentina Lara reparte poesías. Un lujo, de verdad

Hace unos meses en la Gran Vía de Madrid (cuando Madrid estaba abierto, existía) se nos ha acercó una joven en un mercadillo navideño con una canasta llena de papelitos de colores.  Nos invitó a tomar uno del recipiente, gratis advirtió, el papelito que quisiéramos.

Estaba repartiendo —nos ha dicho— pequeñas dosis de poesía, para que nos fuéramos acostumbrando todos los días a tomar una pequeña dosis antes del desayuno.

La sorpresa agradable viene cuando efectivamente, tan sólo está repartiendo pequeñas dosis de poesía. 

No pretendía nada; pero que alguien te regalen por la mañana abrazos, besos o poesías es casi imposible. 

Nos ha tocado un pequeño poema firmado por Lemotbulle

No sabía quien era este presunto poeta inglés. Luego me he enterado que es un proyecto, que era Valentina Lara (la propia autora) la que me ha dado a escoger su poesía. 

Tremendo regalo para una mañana de paseo. ¿Podría ser tan sencillo lograr que el mundo fuera un poco mejor?

¿Queremos cambiar el mundo? No me jodas tú, que es muy peligroso

Mucha gente pequeña, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo. Sin duda.
Pero si además alguna gente pequeña logra hacer grandes cosas todo sería más sencillo.

Incluso si alguna pequeña gente no estuviera tocando los cojones —con perdón— y fastidiando el trabajo de los demás…, todo se podría realizar sin tanto sufrimiento y de forma más rápida.

No es poesía, pero es verdad.

Tenemos que ser capaces de sembrar de poesía el mundo. 

Pero de vez en cuando, dar algún zapatazo sobre la mesa.